El calor extremo del verano puede ocasionar daños graves en las plantas. Incluso manteniendo los cuidados básicos habituales y siguiendo las recomendaciones de los especialistas en botánica, a menudo estas se queman o mueren por las altas temperaturas a las que se llega en algunas zonas del país, sobre todo en el sur de España.
Existen múltiples investigaciones científicas que demuestran cómo las plantas detectan la temperatura gracias al azúcar, más en concreto, mediante dos proteínas especializadas: el fitocromo B y la proteína ELF3. Estas son las encargadas de recoger el azúcar producido durante la fotosíntesis para ajustar el crecimiento de la planta a las diferentes condiciones climáticas.
A raíz de la información recogida a lo largo de los años, los científicos siempre han pensado que este proceso ocurría durante la noche. Sin embargo, una investigación reciente ha descubierto que hay una mayor actividad durante el día.
La investigación
El nuevo estudio publicado en Nature Communications y realizado por Meng Chen, profesor de biología celular en la Universidad de California, ha demostrado que se empieza a descomponer el azúcar cuando la luz solar es más intensa, es decir, durante la fotosíntesis, y no tras esta. La planta comienza a descomponer el almidón almacenado en las hojas y a liberar sacarosa. Esto es clave, ya que la sacarosa estabiliza la proteína PIF4, encargada de regular el crecimiento.
No obstante, aunque se ha descubierto que este proceso está en su punto más álgido durante el día, en la temporada de verano o durante las épocas de mucho calor pierden su función. Para llegar a esta conclusión, el grupo de científicos liderados por Meng Chen hizo varios experimentos con una planta, exponiéndola a temperaturas de entre 12 y 27 grados y bajo diferentes condiciones de luz.
A raíz de este estudio se han planteado nuevas formas de sembrar sin que el calor afecte a estas proteínas y, por ende, disminuya el deterioro de las plantas y aumente su capacidad de crecimiento, incluso bajo temperaturas extremas. En otras palabras, gracias a este descubrimiento, es posible que en el futuro se puedan crear cultivos más resistentes y fuertes ante el calor y los cambios de clima.
Otros factores importantes
También es importante mantener unos cuidados básicos para que las plantas sobrevivan al calor del verano. Lo principal es mantener un sustrato rico en nutrientes, asegurar un buen drenaje, mantener las plagas alejadas, evitar la exposición a la luz directa en los momentos del día en que el sol es más intenso y regar de forma moderada.
Para ello, es esencial contar con los materiales adecuados. En este caso, lo más importante es tener una maceta del tamaño adecuado para que las raíces puedan expandirse. Asimismo, se recomienda que esta tenga agujeros en la parte inferior de la superficie para asegurar el drenaje. También es vital separar un poco la planta del suelo, elevando la maceta con unos soportes o mediante un plato. Por último, es necesario contar con fertilizantes, mejor si son naturales, para que la planta crezca.