
La irrupción de la inteligencia artificial en la vida cotidiana empieza a generar escenas que hace unos años hubieran parecido ciencia ficción. Un hombre de 75 años, identificado como Jiang, decidió divorciarse tras convencerse de que había encontrado el amor verdadero en un avatar creado por un algoritmo, según informa Beijing Daily.
Jiang, que hasta entonces apenas conocía este tipo de tecnologías, se topó con un perfil femenino en redes sociales y comenzó a interactuar con él. Las respuestas inmediatas, el tono halagador y la aparente disponibilidad del avatar le hicieron creer que había hallado la pareja perfecta.
Durante semanas pasó horas enganchado al teléfono. Según recoge la prensa local, el chatbot le llamaba "hermano" y le dedicaba elogios constantes, un trato que le hizo sentirse escuchado y valorado. Mientras su mujer de carne y hueso se quejaba de la obsesión con el móvil, él aseguraba que con su novia digital todo era más fácil: "Nunca me discute, siempre me da la razón", decía. La situación llegó al extremo de solicitar el divorcio.
Fueron sus hijos quienes lograron poner freno a la obsesión. Tal y como relata Beijing Daily, los jóvenes le dieron una breve lección sobre cómo funcionan los programas de IA y le hicieron ver que aquellas palabras no provenían de una mujer, sino de un software. Jiang acabó reconociendo el engaño y aceptando que esa persona nunca había existido.
Un problema que trasciende fronteras
Aunque la historia del anciano chino ha acaparado titulares, los expertos advierten de que no se trata de un caso aislado. La soledad, sumada al realismo con que las inteligencias artificiales simulan conversaciones, está favoreciendo vínculos emocionales con máquinas.
Y no solo en Asia. En foros occidentales también proliferan testimonios inquietantes. En Reddit, una mujer estadounidense relató su sorpresa al descubrir que su marido mantenía largas conversaciones con chatbots de aspecto anime. "No eran mensajes platónicos", escribió la afectada, que interpretó aquella intimidad virtual como "el paso previo a engañarme con una mujer real".
Aún más llamativo es el caso de Wika, una joven que llegó a presumir en redes sociales de su compromiso con Kasper, su prometido digital, mostrando incluso un anillo azul en forma de corazón.
Ante este panorama, las autoridades chinas han pedido a las familias que vigilen de cerca el uso que las personas mayores hacen de las redes sociales y de las aplicaciones basadas en IA. "Quienes no están acostumbrados a estas tecnologías son especialmente vulnerables", advierten los especialistas citados por la prensa local.

