
Las plantas pueden ser un elemento ornamental excelente, pero la mayoría de la gente descarta la idea de tener en casa este tipo de decoración natural por las múltiples necesidades que conlleva el mantenimiento. Sin embargo, existen algunas especies que simplifican mucho sus cuidados básicos, ya que crecen en agua y no requieren casi atención para poder crecer fuertes y sanas.
Este sistema de plantación, además de facilitar el cuidado de la planta —gracias a la capacidad adaptativa de las raíces—, reduce la posibilidad de plagas, y por ende, es menos frecuente que las plantas se debiliten o se marchiten. Asimismo, es más sencillo mantener la limpieza del hogar. Dentro de la vegetación hay varias especies —con flor y sin flor— capaces de adaptarse a este método de siembra.
Bambú de la suerte
El bambú de la suerte, también llamado Dracaena sanderiana, es una de las opciones favoritas de muchos jardineros porque no solo es bonito, también es capaz de atraer la buena fortuna, según una antigua creencia asiática. Esta planta es ideal porque no requiere de grandes cuidados, más allá de evitar la luz solar directa y cambiar el agua con frecuencia.
Potus
El potus, conocido como Epipremnum aureum en el ámbito científico, es una especie sumamente resistente que puede llegar a medir hasta 20 metros, aunque los expertos recomiendan no dejarla crecer más de 2 o 3 metros si se quiere sembrar en el interior de una casa. Sus hojas son verdes con tonalidades amarillas, lo que la convierte en una magnífica opción para decorar cualquier estancia a la que se le quiera dar un poco de color.
Esta trepadora puede vivir con las raíces en agua, ya que al podarla es posible guardar esquejes sumergidos en ella que crecerán poco a poco. Con el paso del tiempo no es necesario trasplantarla a tierra, pero se le deben dar unos cuidados especiales. Entre ellos destaca la necesidad de cambiar el agua de forma regular para que esta siempre esté limpia, el uso de fertilizante líquido y evitar la luz directa.
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Espatifilo
Esta planta, también conocida como la cuna de Moisés, Spathiphyllum, destaca por sus elegantes flores blancas. Al igual que las otras dos especies, puede crecer con las raíces sumergidas en agua y solo necesita agua limpia —preferiblemente en un recipiente transparente— y estar ubicada en una zona sin luz directa.
Cuidados esenciales para crecer en agua
Lo más importante en estos casos es entender que las especies que han crecido en agua, pueden tener dificultades para adaptarse a la tierra. Por ello, si se quiere trasplantar en algún momento, lo ideal es hacerlo cuando la planta aún es joven, ya que de lo contrario cabe el riesgo de que se marchite.
Por lo demás, la siembra en agua —el cultivo hidropónico decorativo— es muy sencilla: consiste en colocar la planta en un recipiente de vidrio que permita seguir el crecimiento de las raíces y evaluar su estado general. Algunas variedades prosperan únicamente con agua, mientras que otras agradecen un sustrato ligero como piedras decorativas o arcilla expandida para mayor estabilidad.
Para cuidar adecuadamente este tipo de plantas es necesario utilizar agua sin cloro —ya sea filtrada o reposada— y renovar el contenido cada cierto tiempo. También es clave mantener el recipiente limpio y situarlo en una zona bien iluminada, pero sin luz solar directa. Si las raíces se desarrollan en exceso, conviene recortarlas.


