La flacidez: cómo la pérdida de colágeno, una mala dieta y el sedentarismo contribuyen a su aparición
La flacidez tanto corporal como facial es algo que empieza a preocupar a cierta edad... pero, ¿por qué se produce? ¿Se puede combatir y prevenir?
La flacidez corporal es algo que, tarde o temprano, ocurre a todo hombre y mujer y consiste en la pérdida de tono y de firmeza de la piel y el tejido muscular. Esta pérdida está causada por la disminución de la elastina, encargada de proporcionar elasticidad a la piel, y el colágeno, encargado de aportar resistencia a la misma. Pero ¿por qué se produce la flacidez? Muy fácil, a medida que avanza el tiempo las personas van perdiendo el colágeno de la piel y, por este motivo, la piel se descuelga de forma natural, se reduce el volumen, la piel pierde su elasticidad y esta muestra un aspecto envejecido.
Por este motivo, la flacidez de la piel es una preocupación estética común y, aunque no es posible eliminarla completamente sin intervenciones quirúrgicas, existen varios remedios naturales y hábitos que pueden ayudar a mejorar la elasticidad y firmeza de la piel. De hecho, las innovaciones tecnológicas en cosmética y tratamientos han conseguido plantar cara al envejecimiento gravitacional logrando un efecto lifting que acaba con la temida pérdida de flacidez y esculpe las zonas que sufren esa pérdida de volumen.
Entonces, para que quede claro, existen varios tipos de flacidez y es que la flacidez de la piel se debe al proceso de envejecimiento que sufre la piel con el paso de los años. En cambio, la flacidez del tejido muscular se debe a la falta de ejercicio físico y a la vida sedentaria. Es un problema de estética corporal, ya que es uno de los signos más antiestéticos del envejecimiento. Las zonas más afectadas por la flacidez corporal son la cara interna de los brazos, los muslos y el abdomen.
Causas de la flacidez
Uno de los motivos principales de la aparición de la flacidez es que, como se ha comentado anteriormente, al ir envejeciendo el colágeno natural de la piel y la elastina se van perdiendo y la piel comienza a perder su elasticidad natural. No obstante, desgraciadamente existen más factores ajenos a la edad.
La falta de ejercicio, una alimentación desequilibrada y los cambios bruscos de peso son factores que afectan directamente al desarrollo de la flacidez y en la mayoría de los casos va acompañada de las molestas e indeseables estrías. Y es que, normalmente esta pérdida de elasticidad y firmeza en la piel está causada por una disminución de dos proteínas encargadas de aportar esa elasticidad: la elastina y el colágeno. Dos proteínas que disminuyen especialmente con la edad, siendo esta uno de los principales motivos de la aparición de la flacidez corporal. Pero la realidad es que también existen otros factores que pueden propiciarla:
- Cambios hormonales: La menstruación, el embarazo, la menopausia… Las mujeres sufren numerosos cambios hormonales a lo largo de su vida y cuando en ellos los estrógenos descienden, las fibras de colágeno se destruyen de una forma mucho más fácil.
- Mala alimentación y falta de ejercicio: Sin actividad física y sin una alimentación sana es mucho más fácil que aparezca la flacidez en la piel y que la masa muscular disminuya.
- Radiación solar: Los radicales de los rayos del sol se encuentran entre una de las principales causas de que la dermis se haga mucho más débil y flácida. La razón de ello, es que causa que los tejidos se relajen y por lo tanto que la piel se vuelva mucho más flácida.
Prevenir y combatir la flacidez
Para conseguir retrasar su aparición es importante realizar ejercicio físico y llevar un estilo de vida saludable ya que ayuda a estar en buena forma, lo que supone tener unos músculos fuertes y sanos que retrasarán la aparición de flacidez y se encargarán de mantener la piel firme. Pero además, es recomendable usar cremas reafirmantes que ayuden a mantener la firmeza de la piel, así como evitar tomar el sol de forma excesiva.
A nivel preventivo se debe incluir una suplementación con colágeno, fundamentalmente, en la mujer, en edades como la menopausia ya que durante los 5 primeros años se pierde el 30% de colágeno, si además se añade un exceso de exposición solar se está acelerando el proceso de la flacidez. Pero además, uno de los factores clave para combatir la flacidez es una buena hidratación. El motivo es que beber al menos dos litros de agua al día mantiene la piel hidratada desde el interior, ayudando a mejorar su apariencia.
La alimentación también juega un papel crucial, de hecho, consumir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras, y proteínas magras, como el pollo, pescado y legumbres, promueve la producción de colágeno. Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados como el salmón o en semillas como la chía, son esenciales para mantener la piel flexible y saludable. Y el ejercicio físico es otro aliado importante. El motivo es que actividades como el yoga, pilates o entrenamiento de fuerza no solo tonifican los músculos, sino que también mejoran la circulación, lo que favorece una mejor nutrición de los tejidos. Además, combinar el ejercicio con masajes reafirmantes utilizando aceites esenciales, como el de rosa mosqueta o almendra, estimula la regeneración celular.
Por otro lado, tratamientos caseros como mascarillas de clara de huevo, gel de aloe vera o mezclas de café con aceite de coco pueden aplicarse semanalmente para mejorar la textura de la piel. Estos ingredientes naturales son conocidos por sus propiedades tensadoras y antioxidantes. También es importante evitar hábitos dañinos, como el consumo excesivo de alcohol, tabaco o la exposición sin protección a los rayos solares, también es esencial para prevenir y reducir la flacidez.
¿Afecta la alimentación a la flacidez?
Si, por ello es importante elegir alimentos ricos en proteínas como las carnes bajas en grasa, los huevos, la gelatina, la leche o derivados… estos son claves para garantizar una dieta sana sin la pérdida de músculo. Bastará con asegurarse de consumirlas en la cantidad apropiada a cada necesidad y estilo de vida. Otro aspecto clave de la dieta está en consumir alimentos antioxidantes como los frutos rojos, los cítricos (ricos en Vitamina C y colágeno), las manzanas, los pepinos o los vegetales de color anaranjado como las zanahorias. No sólo ayudarán a combatir el envejecimiento prematuro de la piel, sino que también conseguirán mantener su elasticidad y firmeza, convirtiéndose en los principales enemigos de la flacidez corporal.
Pero, además, quizá lo más importante es dejar a un lado la comida basura, esto es porque es una bomba de calorías, de grasas saturadas, colesterol… Y todo ello acompañado de un valor nutricional inadecuado. Estas son las principales razones por las que, si lo que se busca es una piel firme y joven y además evitar el sobrepeso, hay que alejar este tipo de comidas de la dieta. Pero también es importante aumentar la toma de agua. Mantenerse hidratado por fuera es importante, pero también hay que hacerlo por dentro y para ello es fundamental aportar la cantidad necesaria de agua a través de la dieta. Esto mejorará el aspecto de la piel y evitará que pierda su colágeno natural.
Por supuesto, hay que decirle adiós al tabaco. El tabaco no solo perjudica a los pulmones y a la circulación sanguínea, sino que también es uno de los principales aceleradores del envejecimiento precoz de los tejidos y por lo tanto también de la flacidez.
Además, hay que mantener hidratada la piel con cremas hidratantes. El uso de cremas reafirmantes e hidratantes es una muy buena opción para combatir la flacidez. Y tampoco hay que olvidarse de protegerse del sol todos los días del año. La exposición excesiva a los rayos del sol o la falta de protección solar, no solo puede generar la aparición de manchas y arrugas en la piel, sino que también puede propiciar que la piel se seque en exceso y que en ella aparezca la flacidez. Y es que, la radiación ultravioleta (UV-A), daña el colágeno y las fibras de elastina de esta, las cuales son las principales encargadas de sostener la piel y de dar firmeza.
Pero además de garantizar una dieta sana y equilibrada, la práctica de ejercicio regular es clave para luchar contra los principales signos del envejecimiento en la piel y sobre todo para luchar contra la flacidez. En las rutinas de entrenamiento no hay que olvidar incluir ejercicios de fuerza, de resistencia o de cardio para garantizar una buena rutina. Esto es clave para evitar las subidas y bajadas de peso constantes. Mantener un peso estable es otra de las claves para huir de la flacidez corporal. Y es que una de las principales causas de su aparición es la pérdida de peso rápida. Esta pérdida de peso suele causar que las fibras elásticas de la piel se rompan y aparezca la flacidez o las estrías.
Pero, como ultimo consejo está el convertir al hielo en aliado. Y es que, aunque no está comprobado, los tratamientos de hieloterapia se han aprovechado en los últimos años para reafirmar la piel y hacer desaparecer esa flacidez, así también como para remodelar la figura, quemar grasa localizada y adelgazar. Para utilizarlo lo ideal es envolver el hielo en un paño para evitar el contacto directo con la piel y la realización de suaves masajes circulares sobre esta.
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