
Cinco años después de desaparecer en California, una perra llamada Choco ha sido localizada en el estado de Míchigan, a más de 3.700 kilómetros de su hogar. Según ha explicado su propietaria, Patricia Orozco, al diario The Washington Post, recibió un mensaje inesperado a finales de noviembre: el microchip de su mascota había sido detectado en un refugio de animales del otro extremo del país. El caso, que ha sido descrito como un "milagro de Navidad", fue posible gracias a una cadena de solidaridad que facilitó el regreso de Choco a su casa en Sacramento.
Choco, una mestiza de Dachshund de pelo duro, fue adoptada en 2016 por Orozco en un refugio local. Como ella misma ha relatado al medio estadounidense, la perra solía escaparse de casa en ocasiones, aunque siempre regresaba. "Era como el Forrest Gump de los perros", ha bromeado la propietaria.
En mayo de 2021, sin embargo, Choco desapareció sin dejar rastro. A pesar de que Orozco había reforzado el vallado del jardín y distribuido carteles por la zona, no obtuvo ninguna pista. "Lo viví como un duelo", ha reconocido. Desde entonces, no ha vuelto a tener otro perro.
Localizada gracias al microchip
Según ha detallado The Washington Post, fue a finales de noviembre cuando un refugio de la localidad de Lincoln Park, en Míchigan, encontró a una perra atada a una valla. Al escanear su microchip, apareció el nombre de Orozco como propietaria. Ella, al recibir el mensaje, pensó en un primer momento que se trataba de Lincoln, en California, a escasos kilómetros de Sacramento. Solo al final de la conversación con el personal del refugio se dio cuenta de que su perra estaba al otro lado del país.
"Sentí que el corazón se me cayó al suelo", ha explicado Orozco al medio estadounidense. Tras confirmar su identidad y propiedad mediante fotografías y documentación, se planteó cómo traer de vuelta a su mascota, algo complicado al tener a su cargo a dos niños pequeños, uno de ellos de apenas cuatro meses.
Solidaridad para un reencuentro
Tras compartir su situación en redes sociales, Orozco fue contactada por Cindy Walden, antigua agente de control animal y actual miembro de la organización sin ánimo de lucro Helping Paws and Claws, con sede en Loomis (California). Walden se ofreció a ayudar con la logística del traslado.
El plan fue posible gracias a una cadena de voluntarios. Entre ellos, Penny Scott, experta en rescate de perros y residente en Sacramento, cuyo hijo trabaja en una aerolínea. Aunque la idea inicial era facilitar el billete a Orozco, finalmente Scott decidió hacer el viaje ella misma. Otra persona donó millas aéreas para cubrir el coste total del vuelo.
Scott voló el 2 de diciembre desde Sacramento a Detroit, con escala en Denver, para recoger a Choco. Después, ambos viajaron a Chicago, donde permanecieron unas 14 horas debido a un retraso. Finalmente, llegaron a Sacramento el 3 de diciembre. "Este perro fue increíble; no gimoteó ni una vez", ha declarado Scott al Post. "Lo paseé por todo el aeropuerto con correa".
Reencuentro en casa y nuevas medidas
Al llegar a Sacramento, Walden recogió a Scott y a Choco en el aeropuerto y los llevó al domicilio de Orozco, donde tuvo lugar el reencuentro. "En cuanto lo soltamos, fue directo hacia ella", ha contado Scott. Choco también conoció a los hijos de Orozco, Adriel, de un año, y Sarahi, de cuatro meses.
Antes del viaje, Choco había pasado por una revisión veterinaria y recibido las vacunas actualizadas. Una vez en casa, Walden inspeccionó el jardín para garantizar que no pudiera escaparse de nuevo, y Orozco instaló una puerta doble como medida adicional.
La propietaria, aún sorprendida por lo ocurrido, ha explicado que no sabe cómo su mascota acabó en Míchigan ni si estuvo viviendo con alguien. "Este perro odia el frío. Es un amante del sol de California", explicó. A pesar de la edad —Choco tiene ahora 11 años—, su personalidad no ha cambiado. "Sigue siendo el mismo perro cariñoso y tranquilo de siempre", ha señalado Orozco.
El traslado de Choco
La organización Helping Paws and Claws fue informando del traslado de Choco casi en tiempo real a través de sus redes sociales. En una de sus primeras actualizaciones, la protectora explicó las dificultades del viaje: "Debido a retrasos en los vuelos, Choco y Penny pasaron la noche en Chicago. Esta mañana están embarcando rumbo a casa. Estaremos pendientes de nuevas actualizaciones cuando Choco se reúna con su familia más tarde hoy", señalaron en un comunicado.
Desde la entidad agradecieron el apoyo recibido durante todo el proceso. "Apreciamos enormemente el respaldo de todos para hacer esto posible", añadieron. Horas después, Helping Paws and Claws confirmó que el regreso estaba ya en marcha y puso en valor la colaboración entre distintas entidades y voluntarios: "Choco está de camino de vuelta con sus dueños en California después de haber acabado, de algún modo, en Míchigan. Un enorme agradecimiento al Lincoln Park Animal Shelter, Pet Care Clinic Lincoln Park, Liz Banas, Penny Scott, el agente Blair y a todos los que ayudaron a que esto sucediera", subrayaron.


