L D (EFE)
Sus propietario y director general, Juan P. Juliá Blanch, ha explicado hoy a los medios de comunicación que decidió crear este hotel dirigido al mundo gay, cansado de que le miraran de forma extraña por compartir habitación con su compañero sentimental.
"Aquí nadie se sentirá incómodo por su tendencia sexual pero no pretendemos hacer ningún gueto. Si este hotel existe es porque es necesario. El día que no haga falta y nadie te mire raro cuando pidas una habitación de matrimonio con alguien de tu mismo sexo, yo seré el primero en celebrarlo", ha comentado Juliá Blanch.
Blanch ha definido a su hotel como "heterofriendly" porque, aunque va dirigido básicamente al público gay, acepta igualmente a parejas heterosexuales. "Toda persona sin prejuicios en sus tendencias sexuales será bien recibida, pero también debe saber dónde va. Aquí no se juzgará a nadie y todos los clientes, sean los que sean, se sentirán cómodos", ha explicado su director.
El hotel, que le ha supuesto a Blanch una inversión de más de 9 millones de euros, ofrece sus servicios con la categoría de tres estrellas por unos 150 euros la noche como precio de salida. "Todavía es pronto para hacer previsiones pero estaremos muy contentos si el primer año tenemos un 60% de ocupación, aunque sea una media más baja que la de Barcelona", ha puntualizado Blanch.
Ubicado en pleno centro de Barcelona, el Axel tiene 66 habitaciones, incluidas 10 Junior Suites y la Suite Axel, cada una con su propia personalidad y diseño. Todas las habitaciones están insonorizadas y climatizadas, además de ser luminosas y confortables. Disponen de baño, camas "king size", bañera hidromasaje (Junior Suite y Suite Axel), cuatro almohadas, albornoces, TV de plasma con internet y vídeo a la carta con 30 películas, además de conexión de alta velocidad para ordenadores portátiles y servicio de habitaciones.
El Hotel Axel se ha construido en un remodelado edificio de finales del siglo XIX, conservando su fachada y sus vidrieras al ácido de la primera época del modernismo. Sus espacios interiores han sido totalmente rehabilitados y cuentan con muebles de Vitra, Kartell y Swan, telas de Kenzo y las cajas fotográficas con luz de Emilio Lecuona. Además, ofrece servicio de restaurante, cocktail bar, chillout, sala de reuniones para 100 personas, centro de negocios, biblioteca, la Boutique del Hotel y la azotea, con vistas de Barcelona, fitness, piscina, sauna finlandesa, jacuzzi y hamam.
"Aquí nadie se sentirá incómodo por su tendencia sexual pero no pretendemos hacer ningún gueto. Si este hotel existe es porque es necesario. El día que no haga falta y nadie te mire raro cuando pidas una habitación de matrimonio con alguien de tu mismo sexo, yo seré el primero en celebrarlo", ha comentado Juliá Blanch.
Blanch ha definido a su hotel como "heterofriendly" porque, aunque va dirigido básicamente al público gay, acepta igualmente a parejas heterosexuales. "Toda persona sin prejuicios en sus tendencias sexuales será bien recibida, pero también debe saber dónde va. Aquí no se juzgará a nadie y todos los clientes, sean los que sean, se sentirán cómodos", ha explicado su director.
El hotel, que le ha supuesto a Blanch una inversión de más de 9 millones de euros, ofrece sus servicios con la categoría de tres estrellas por unos 150 euros la noche como precio de salida. "Todavía es pronto para hacer previsiones pero estaremos muy contentos si el primer año tenemos un 60% de ocupación, aunque sea una media más baja que la de Barcelona", ha puntualizado Blanch.
Ubicado en pleno centro de Barcelona, el Axel tiene 66 habitaciones, incluidas 10 Junior Suites y la Suite Axel, cada una con su propia personalidad y diseño. Todas las habitaciones están insonorizadas y climatizadas, además de ser luminosas y confortables. Disponen de baño, camas "king size", bañera hidromasaje (Junior Suite y Suite Axel), cuatro almohadas, albornoces, TV de plasma con internet y vídeo a la carta con 30 películas, además de conexión de alta velocidad para ordenadores portátiles y servicio de habitaciones.
El Hotel Axel se ha construido en un remodelado edificio de finales del siglo XIX, conservando su fachada y sus vidrieras al ácido de la primera época del modernismo. Sus espacios interiores han sido totalmente rehabilitados y cuentan con muebles de Vitra, Kartell y Swan, telas de Kenzo y las cajas fotográficas con luz de Emilio Lecuona. Además, ofrece servicio de restaurante, cocktail bar, chillout, sala de reuniones para 100 personas, centro de negocios, biblioteca, la Boutique del Hotel y la azotea, con vistas de Barcelona, fitness, piscina, sauna finlandesa, jacuzzi y hamam.
