(Libertad Digital)
La operación que llevó unas 53 horas y necesitó a más de 100 especialistas no ha dejado de ser origen de críticas y comentarios por parte de especialistas. Madjid Samii, presidente del instituto de Hanover que rehusó en 1996 realizar esta intervención quirúrgica por el peligro que representaba para las pacientes, dijo que las posibilidades de que sobrevivieran era casi nulas tal como se les comunicó a las siamesas en aquel año.
Por su parte, Josep Maria Simón, presidente de la asociación Médicos Cristianos de Cataluña, declaró a Europress tras conocer la noticia que lamentaba que el equipo responsable de la operación utilizará a las siamesas para lograr “notoriedad” ante la comunidad científica mundial.
El doctor Luis Lassaletta, miembro del equipo quirúrgico del Hospital La Paz responsable de seis operaciones para separar siameses, lamentó el fracaso de la intervención que se llevaba a cabo en Singapur, aunque consideró que era previsible dado su alto riesgo.
Este experto de La Paz no se mostró sorprendido por el desenlace de la operación, ya que el cerebro, explicó, es uno de los órganos más difíciles de separar dado la gran cantidad de venas, arterias y vasos implicados. Según apuntó, uno de los problemas principales es que la operación ha durado más tiempo de lo previsto, por lo que la hemorragia ha sido mayor, y también que se ha descubierto que la unión del cerebro era superior a la esperada.
El director ejecutivo del hospital Raffles, Lou Choon Yong, señaló que la intervención presentó las primeras complicaciones el lunes cuando detectaron que el riego sanguíneo en los cerebros de la siamesas era inestable. "Nos planteamos la posibilidad de detener la operación y llevar a las pacientes a una unidad de cuidados intensivos", dijo Yong quien agregó que "el equipo se planteó en ese momento cuál era el deseo de las pacientes: querían ser separadas bajo cualquier circunstancia, y teníamos esperanzas".
Hace dos décadas era impensable realizar la intervención que se ha intentado en Singapur, por lo que las dos hermanas iraníes no tuvieron más remedio que esperar hasta encontrar al equipo que les dio esperanza de separación. El neurocirujano Keith Goh aceptó el mes pasado el trabajo al considerar que la operación era viable tras varios meses de estudio y de pruebas con las dos mujeres.
Por su parte, Josep Maria Simón, presidente de la asociación Médicos Cristianos de Cataluña, declaró a Europress tras conocer la noticia que lamentaba que el equipo responsable de la operación utilizará a las siamesas para lograr “notoriedad” ante la comunidad científica mundial.
El doctor Luis Lassaletta, miembro del equipo quirúrgico del Hospital La Paz responsable de seis operaciones para separar siameses, lamentó el fracaso de la intervención que se llevaba a cabo en Singapur, aunque consideró que era previsible dado su alto riesgo.
Este experto de La Paz no se mostró sorprendido por el desenlace de la operación, ya que el cerebro, explicó, es uno de los órganos más difíciles de separar dado la gran cantidad de venas, arterias y vasos implicados. Según apuntó, uno de los problemas principales es que la operación ha durado más tiempo de lo previsto, por lo que la hemorragia ha sido mayor, y también que se ha descubierto que la unión del cerebro era superior a la esperada.
El director ejecutivo del hospital Raffles, Lou Choon Yong, señaló que la intervención presentó las primeras complicaciones el lunes cuando detectaron que el riego sanguíneo en los cerebros de la siamesas era inestable. "Nos planteamos la posibilidad de detener la operación y llevar a las pacientes a una unidad de cuidados intensivos", dijo Yong quien agregó que "el equipo se planteó en ese momento cuál era el deseo de las pacientes: querían ser separadas bajo cualquier circunstancia, y teníamos esperanzas".
Hace dos décadas era impensable realizar la intervención que se ha intentado en Singapur, por lo que las dos hermanas iraníes no tuvieron más remedio que esperar hasta encontrar al equipo que les dio esperanza de separación. El neurocirujano Keith Goh aceptó el mes pasado el trabajo al considerar que la operación era viable tras varios meses de estudio y de pruebas con las dos mujeres.
