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COMPETÍAN CON STEVEN SPILBERG

Las bailarinas Maya Plisetskaya y Tamara Rojo, premio Príncipe de Asturias de las Artes

La candidatura conjunta de las bailarinas Maya Plisetskaya y Tamara Rojo ha obtenido este miércoles el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005 por su "excepcional trayectoria en el mundo de la danza, en el que son reconocidas como la más alta expresión de sus generaciones respectivas". Se trata de la primera vez que la danza obtiene el primer reconocimiento de estos galardones en sus 25 años de historia.

La candidatura conjunta de las bailarinas Maya Plisetskaya y Tamara Rojo ha obtenido este miércoles el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005 por su "excepcional trayectoria en el mundo de la danza, en el que son reconocidas como la más alta expresión de sus generaciones respectivas". Se trata de la primera vez que la danza obtiene el primer reconocimiento de estos galardones en sus 25 años de historia.
L D (EFE) Maya Plisetskaya y Tamara Rojo eran las favoritas desde las primeras votaciones y llegaron a la final junto a las candidaturas del arquitecto estadounidense Frank Gehry, del director de orquesta italiano Claudio Abbado y del cineasta Steven Spilberg.
 
La coreógrafa rusa Maya Plisetskaya está considerada como una de las más importantes bailarinas del siglo XX, y fue primera bailarina del Ballet Bolshoi de Moscú y directora del Ballet Clásico Nacional de España de 1987 a 1990.
 
Nacida en Moscú el 20 de noviembre de 1925, ha sido su fuerte carácter, su energía inusual y el rechazo de las convenciones academicistas en el ballet lo que ha hecho de ella un mito de la escena internacional, participando en las últimas décadas de los más importantes cambios coreográficos e interpretativos de la danza.
 
Hija de artistas relacionados con el teatro lírico y la danza comenzó a bailar a los tres años. Tuvo una infancia dura por la represión estalinista que sufrió su familia de origen judío. En 1934 ingresó en la escuela de danza de Moscú, donde estudió con Elizabeta Gerdt, y en 1941 entró a formar parte del Teatro Bolshoi, donde triunfó enseguida. Tras graduarse, debutó profesionalmente en 1944 y un año después ya actuó como solista del Bolshoi. En 1948, pasó a ser bailarina titular en "El lago de los cisnes".
 
Se hizo mundialmente famosa con su interpretaciones de "El cisne", y "El Lago de los Cisnes". A éstas le seguirían memorables actuaciones en "Romeio y Juliea" y "Don Quijote". Una de sus intervenciones más notables fue "Carmen" estrenada en 1967 y presentada con éxito en España en 1983. En 1972 asumió por primera vez la labor del director escénico y fue la coreógrafa de su personaje, Anna Karenina.
 
Durante la época comunista, siempre mantuvo una marcada independencia creativa que ponía en jaque a los burócratas soviéticos. Fue una de las pocas estrellas a las que las autoridades de la URSS permitían actuar en el extranjero para hacer "propaganda del arte soviético".
 
Plisetskaya fue una de las pocas bailarinas rusas que trabajó con los coreógrafos más famosos occidentales sin abandonar prácticamente el escenario ruso. Entre otros, Roland Petit montó para ella el ballet "La rose Malade", de Mahler, que se estrenó en París en 1973. En septiembre de 1983 viajó con el Bolshoi por primera vez a España, donde ofreció algunas de las mejores piezas de su repertorio. Años más tarde, en 1993, obtuvo la nacionalidad española por carta de naturaleza.
 
En febrero de 1987, en plena "perestroika" soviética, aceptó la dirección del Ballet Clásico Nacional de España, cargo del que tomó posesión el 1 de diciembre, y representó obras como "María Estuardo", con una coreografía concebida especialmente para ella y presentada en Madrid en noviembre de 1988 como estreno mundial. Permaneció en el puesto hasta el 31 de mayo de 1990, en que fue sustituida por el español Nacho Duato.
 
En estos últimos años se ha dedicado con mayor profusión a impartir clases y recibir homenajes, con excepcionales actuaciones. El mes pasado estuvo en Madrid impartiendo clases magistrales de ballet en el Teatro Madrid y aprovechó para ofrecer una breve actuación con motivo de la clausura del IV Maratón de Danza.
 
Galardonada con sólo 31 años
 
La otra galardonada, Tamara Rojo nació en Montreal en 1974, aunque desde los cuatro meses vive en Madrid y es la primera bailarina del Royal Ballet de Londres, gracias a una sólida formación clásica y a que, pese a su juventud, ha realizado papeles que precisan de una gran madurez interpretativa.
 
Comenzó a los diez años en la escuela de baile de Víctor Ullate y a los diecisiete era la primera bailarina. Es admiradora de Arantxa Argüelles y Trinidad Sevillano, además de todos sus maestros, especialmente de Ullate, con quien ha trabajado en "El amor brujo". En 1994 fue medalla de oro en la categoría senior en el VI Concurso Internacional de Danza de París y en el verano de ese año recibió un galardón como bailarina revelación en el Festival de Spoletto (Italia) por su actuación de solista en la obra "Arraigo".

Formó parte del Ballet de Víctor Ullate hasta diciembre de 1996, fecha en la que se incorporó al Scottish Ballet donde interpretó entre otras obras "El Lago de los Cisnes", "El Cascanueces", "Romeo y Julieta" y "La Sylphide". Tamara Rojo, que a principios de año volverá a Madrid como invitada de Julio Bocca y el Ballet Argentino, para el espectáculo "Tango Brujo", fue en mayo de 1997 cuando pasó al English National Ballet, en Londres, como primera bailarina.
 
Después, decidió dar un paso más en su carrera profesional incorporándose como primera bailarina del Royal Ballet Covent Garden de Londres.  El 13 de febrero de 2004 abrió el Festival de Danza de Oviedo con el espectáculo "Una noche con Tamara Rojo", bajo la dirección artística del asturiano Ricardo Cúe.
 


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