L D (EFE)
Cuando se incorpore oficialmente a los trabajos de la Academia, Rojo cree que su misión consistirá en tratar de "depurar y mejorar el léxico económico, que realmente tiene un componente de anglicismos importante, en cierto modo inevitable porque la economía es en su origen científico un ámbito de conocimiento muy anglosajón". Hay palabras españolas "perfectamente equivalentes a las inglesas que pueden y deben ser utilizadas", dice Luis Angel Rojo, que cita como ejemplo "derivatives", esa voz que se utiliza tanto en los mercados financieros y que hay que traducir por "derivados" y no por "derivativos"; o bien "options", cuyo término correspondiente en español es "opciones". Pero en otros casos no será así y habrá que aceptar la voz inglesa.
"En el Diccionario vemos a veces palabras que tienen acepciones económicas que no están recogidas, y eso sí que es urgente. En otras ocasiones, las definiciones son tan generales que se les escapa lo que es el significado económico", afirma el nuevo académico, para añadir a renglón seguido: "Hay bastantes cosas que hacer, creo yo".
Catedrático de Teoría Económica en la Universidad Complutense, Rojo tiene madera de profesor y una especial facilidad para transmitir cuanto sabe, y así han debido de apreciarlo los numerosos alumnos que han pasado por sus manos. "He tenido muy buenos alumnos, sea yo el causante o no; saben muchísimo más que yo", asegura este maestro de generaciones de economistas, considerado también un humanista por sus conocimientos de literatura, arte y música.
Su etapa al frente del Banco de España no fue precisamente fácil. Le tocó un período en el que hubo que tomar grandes decisiones, porque "los años noventa fueron muy difíciles para España y para Europa". "Lo pasamos muy mal, pero tuvimos grandes alegrías y satisfacciones", sobre todo cuando España ingresó en la Unión Monetaria Europea, algo sobre lo que está "absolutamente convencido" de que fue lo mejor que se podía haber hecho porque supuso "un respaldo tremendo a la estabilidad económica del país".
"En el Diccionario vemos a veces palabras que tienen acepciones económicas que no están recogidas, y eso sí que es urgente. En otras ocasiones, las definiciones son tan generales que se les escapa lo que es el significado económico", afirma el nuevo académico, para añadir a renglón seguido: "Hay bastantes cosas que hacer, creo yo".
Catedrático de Teoría Económica en la Universidad Complutense, Rojo tiene madera de profesor y una especial facilidad para transmitir cuanto sabe, y así han debido de apreciarlo los numerosos alumnos que han pasado por sus manos. "He tenido muy buenos alumnos, sea yo el causante o no; saben muchísimo más que yo", asegura este maestro de generaciones de economistas, considerado también un humanista por sus conocimientos de literatura, arte y música.
Su etapa al frente del Banco de España no fue precisamente fácil. Le tocó un período en el que hubo que tomar grandes decisiones, porque "los años noventa fueron muy difíciles para España y para Europa". "Lo pasamos muy mal, pero tuvimos grandes alegrías y satisfacciones", sobre todo cuando España ingresó en la Unión Monetaria Europea, algo sobre lo que está "absolutamente convencido" de que fue lo mejor que se podía haber hecho porque supuso "un respaldo tremendo a la estabilidad económica del país".