L D (EFE) Fernando Romero Pecourt dice que decidió hacer el viaje después de ver un documental sobre la Ruta de la Seda, y "desde entonces tenía la obsesión de recorrerla", declaró a EFE Romero, que trabaja como traductor y guía turístico en Roma. "Lo de la bicicleta vino mucho después, me pareció el medio ideal para disfrutar del viaje".
Cargado con unos veinte kilos, este aventurero ha recorrido 13.600 kilómetros con unas temperaturas extremas, que oscilaban entre 40 grados y unas mínimas de 15 grados bajo cero. Pese a que intentó salir de Santa Sofía en Estambul, no le fue posible debido al caos circulatorio, pero ello no fue impedimento para iniciar una ruta que le llevó por Turquía, Irán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajistán, Kirguizistán y China siguiendo la Ruta que hizo famosa Marco Polo en el siglo XIV, un recorrido que, con entrenamiento, se puede realizar en seis meses, aunque el valenciano ha preferido "disfrutar de los lugares y la gente".
Los visados los fue consiguiendo Romero sin dificultad y sobre la marcha. Cuando llegaba a un país solicitaba el del siguiente, aunque un error burocrático en Turkmenistán le valió una deportación. "No podré volver en un año", se lamenta. Romero tiene pensado escribir un libro y hacer una exposición con algunas de las 3.000 fotografías que ha disparado cuando regrese a España. Explica Romero que se quedaría en cualquiera de los países que ha visitado, que lo más duro del viaje es el aspecto psicológico, porque a menudo "te planteas por qué lo estás haciendo y quisieras tirar la toalla".
