L D (Agencias) En el escrito remitido al juez, encargado de la instrucción del caso en lo que se refiere al único mayor de edad imputado en el asesinato de la joven vecina de Getafe, piden que se cotejen los restos biológicos que aparecen en una diadema encontrada en el lugar del suceso con los de una persona sospechosa de ser su poseedora.
La identidad de esta persona no ha trascendido para evitar, según las fuentes consultadas, ponerla en alerta y facilitar una hipotética huida por su parte. Sin embargo, parece ser que podría haber confesado a su círculo de amigos ser la propietaria de la diadema hallada junto al cadáver de Sandra Palo y que la noticia se habría extendido hasta llegar a oídos de la familia de la chica.
El cuerpo sin vida de Sandra Palo fue encontrado el 22 de mayo de 2003 en el citado descampado. La joven fue secuestrada, violada, atropellada en varias ocasiones y quemada viva por sus captores, tres de los cuales, R.G.J., de 14 años; J.R.M.M., de 17, y R.S.G., también de 17, han sido condenados por la titular del Juzgado número 5 de Menores a penas de entre cuatro y ocho años de internamiento en un centro especial, y de entre tres y cinco años de libertad vigilada.
El cuarto imputado en los hechos, Javier A.L. será enjuiciado en la Audiencia Provincial de Madrid cuando el Juzgado de Instrucción número 6 de Leganés concluya la investigación sobre su participación en el crimen. El joven, de 22 años de edad, y a quien los ya condenados apuntan como el inductor de los hechos y el autor material del asesinato de la chica, podría enfrentarse a penas de entre 50 y 70 años de prisión.
Por otra parte, de confirmarse que la diadema encontrada pertenece a una mujer en concreto, podría ampliarse la investigación a una quinta persona implicada en la muerte de Sandra. Además, esto confirmaría la hipótesis que siempre han mantenido los padres de la joven: la presencia de una mujer en el lugar del crimen.
