Grecia, una ciudad con un increíble patrimonio arqueológico de un valor incalculable, ha sido el escenario de un intento de expolio que podría tener graves consecuencias para el sujeto que intentó robar el tesoro arquitectónico.
El suceso tuvo lugar en un control rutinario en el puerto de Patras, un punto de conexión entre Grecia e Italia. El ciudadano de origen alemán trataba de abandonar el país con un fragmento de una columna antigua que se encontraba envuelta con gran esmero para que no sufriera ningún daño en el trasporte.
Las autoridades enseguida detuvieron al individuo que afirmaba que una persona le vendió la pieza cerca de la Acrópolis de Atenas y que lo compró porque creyó que se trataba de una réplica y no un objeto antiguo auténtico.
El fragmento de columna recuperado es un fuste liso, sin estrías, lo que puede remontarse a periodos de gran valor de la historia griega. La confirmación llegó poco después de su detención, el sábado pasado, cuando un arqueólogo certificó que se trataba de una pieza histórica, aunque su antigüedad y origen aún no se han detallado.
Ante la gravedad de lo sucedido el juez ordenó proseguir las investigaciones y el acusado fue puesto en libertad con medidas cautelares con la explícita prohibición de abandonar el país hasta nuevo aviso.
El fragmento fue trasladado a un depósito arqueológico bajo la supervisión de la Eforía de Antigüedades de Acaya y en los próximos días comenzará la investigación para identificar de qué lugar exactamente fue robado y devolverlo a su origen en caso de conocer la procedencia.
El expolio en Grecia
Grecia, al igual que todas las ciudades antiguas con un patrimonio cultural e histórico de un valor incalculable, se enfrenta constantemente a individuos que roban, manchan o destruyen piezas arquitectónicas de gran importancia para el patrimonio mundial. En el caso del expolio muchas han sido vendidas en el mercado negro, y otras expuestas en colecciones privadas y museos de todo el mundo.
Por este motivo, extraer ilegalmente cualquier pieza de un yacimiento es un delito muy perseguido en estos países y con graves consecuencias para aquellos que lo sustraen.
En el caso del ciudadano alemán de 61 años, está acusado de tráfico de antigüedades, lo que acarrea penas de prisión de hasta 12 años en en país.