Cuatro jóvenes de Madrid, dos mujeres y dos hombres de 21 y 22 años, que viajaban en un vehículo, fallecieron anoche después de que su coche se despeñase por un precipicio de 200 metros de altura en el puerto de la Lunada en Soba (Cantabria) al salirse de la vía en la CA-643.
Los cuatro jóvenes eran de Vallecas y viajaban con otros amigos que iban en un segundo vehículo detrás del siniestrado para pasar el fin de semana en Cantabria, según ha explicado la delegada del Gobierno en la comunidad autónoma, Eugenia Gómez de Diego, en una comparecencia ante los medios de comunicación. Al lugar del siniestro también se movilizó por parte del Gobierno de Cantabria un equipo de psicólogos para atender a los cuatro jóvenes que viajaban en este segundo vehículo que acompañaba al siniestrado y que resultaron ilesos. Los cuatro jóvenes fueron trasladados a un alojamiento rural cercano al lugar del accidente.
Mientras, los cuerpos de los fallecidos se trasladaron al Instituto de Medicina Legal de Cantabria, según ha indicado la delegada del Gobierno, que ha subrayado la "consternación" por este suceso y que hace 20 años que no se producía en la región un accidente "tan grande y con tantas víctimas".
Aviso a las 22:00 horas
El Centro de Atención a Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria recibió la llamada de aviso en torno a las 22:00 horas del sábado desde el teléfono móvil de uno de los ocupantes del vehículo siniestrado, que envió una alerta automática tras detectar el impacto.
Según informa el 112 en un comunicado, en un primer momento para atender el accidente se desplazaron al lugar bomberos del parque de emergencias de Villacarriedo, personal de mantenimiento de carreteras, la Guardia Civil de Tráfico y el 061.
Pero "ante la gravedad del siniestro y la dificultad de acceso" a la zona en la que se encontraba el vehículo siniestrado, fue necesaria la participación de bomberos de Santander y de técnicos del Gobierno de Cantabria para el rescate de los cuerpos.
Aunque el aviso del accidente se recibió hacia las 22:00 horas, fue a las 1:25 horas cuando se procedió al rescate de los cuerpos, tras la autorización de la Guardia Civil, una vez certificada la muerte de los cuatro ocupantes del vehículo siniestrado, que llevaban puesto el cinturón de seguridad.
El rescate se prolongó hasta las 6:00 horas ante la dificultad de acceso. Y fue un equipo de entre nueve y diez personas el que se encargó de esta labor.
Se desconocen las causas del siniestro
Aunque las causas concretas del accidente se desconocen y han de investigarse, el jefe de Tráfico de Cantabria, José Miguel Tolosa, ha destacado las características de la carretera y del lugar del siniestro, además de las condiciones meteorológicas.
"Es una carretera que tiene inmediatamente un precipicio bastante pronunciado", ha señalado, antes de recordar que se produjo "una salida de vía, en tonel, dando muchas vueltas de campana" en una vía "muy estrecha" en la que "cualquier distracción" o maniobra puede provocar un accidente.
Según ha abundado, había un poco de nieve, pero no eran necesarias cadenas ni otros elementos de seguridad. "No fue un problema de vialidad invernal, ni mucho menos", ha dicho el jefe de Tráfico.
