
El restaurante Jin Gu, ubicado en el número 37 de la calle Perpetua Díaz, en Usera, Madrid, ha sido clausurado por los servicios municipales tras una inspección de la Policía Municipal que sacó a la luz un cúmulo de infracciones higiénicas, de seguridad y administrativas de extrema gravedad. La intervención, llevada a cabo el 25 de marzo, se saldó con la detención del propietario del establecimiento, que está siendo investigado por delitos contra la salud pública y contra la fauna y la flora.
Según informó 20 Minutos, la inspección comenzó alrededor de las 13:00. En el interior del local se encontraba el dueño y dos clientes. Nada más entrar, los agentes detectaron múltiples irregularidades: altavoces sin limitador acústico, salidas de emergencia bloqueadas con cerrojos o cubos de basura, y extintores colocados de forma incorrecta. Todo ello, ya constitutivo de infracciones muy graves.
Cocina infestada
Pero lo peor se encontraba en la cocina, donde el panorama era insalubre y peligroso. ABC reveló que los agentes se encontraron con sartenes oxidadas por el suelo, churretes de grasa en azulejos y suelos, un horno mal instalado y harina desparramada por todas partes. El sistema de extracción de humos era rudimentario: el tubo finalizaba en un vaso de plástico. Los fogones rezumaban suciedad y los cubos de residuos estaban destapados, sin pedal ni tapa automática. Los cocineros, además, trabajaban sin gorros sanitarios y portaban anillos y relojes, en abierta infracción de la normativa.
La presencia de plagas estaba a la altura de lo descrito. La cocina compartía espacio con cucarachas rubias alemanas y trampas jaula con cebos de carne en descomposición para capturar ratas. El repelente de insectos no funcionaba.
Tiras de carne colgadas en tendederos o trampas para ratas con carne en descomposición: cierran un restaurante chino en Usera (Madrid) que ofrecía carne de paloma como pato laqueado y almacenaba comida en mal estado https://t.co/QB3eppFUzU pic.twitter.com/AkYbrG685e
— Europa Press (@europapress) April 7, 2025
En uno de los baños adaptados, los agentes descubrieron una estantería decorativa que en realidad era una puerta corredera. Tras ella se encontraba una sala no declarada en la licencia de actividad, que escondía ocho congeladores oxidados, con carnes y pescados sin etiquetado, trazabilidad ni control de temperatura. Las tapas de algunos estaban descolgadas. Allí se hallaron gallinas negras congeladas, trampas para roedores, y un tendedero improvisado con tiras de carne colgadas como ropa, escurriendo grasa sobre cartones en el suelo.
Productos prohibidos
En el cuarto de basuras, completamente saturado, se localizó un contenedor de plástico abierto con unos 100 litros de grasa almacenada. Dentro del establecimiento también se encontró una vitrina refrigeradora con bivalvos de origen asiático, como dátiles de mar, berberechos y pepinos de mar (holoturias), cuya comercialización puede estar prohibida. La Policía intervino asimismo dos palomas domésticas desplumadas —que, según ABC, podrían haberse servido como pato—, además de 184 gominolas con forma de pato, 183 envases de aditivos alimentarios y bolsas con plantas supuestamente usadas para infusiones.
El Departamento de Sanidad de la Junta Municipal de Usera ha procedido al precinto de más de una tonelada de productos sin control sanitario y ha ordenado la clausura del restaurante.

