Alemania es la vigente campeona del Mundo pero más allá de haber conseguido ese premio, está muy presente la goleada que protagonizaron en semifinales ante Brasil. Los siete goles anotados contra la canarinha y su victoria en la final frente a Argentina convertían a la Mannschaft en un equipo invencible y superior al resto. Sin embargo, durante la fase de clasificación para la Eurocopa se mostraron vulnerables y enseñaron unas lagunas que le pasaron factura ante Irlanda. Aun así, lideraron su grupo perseguidos de cerca por Polonia.

A pesar de lo conseguido, Joachim Löw debe hacer frente a las críticas que cuestionan su trabajo. El técnico alemán ha ido evolucionando su estilo conforme afrontaba nuevos retos y contaba para ello con jugadores diferentes. Desde su llegada en 2010 ha dejado claro que quiere un equipo ordenado pero con capacidad física para desenvolverse en carrera. Bastian Schweinsteiger ha sido siempre una pieza fundamental. A su llegada confió en el doble pivote que formaba con Khedira en un 4-2-3-1 que resultó insuficiente para superar a España en las semifinales del Mundial de Sudáfrica.

Cuatro años después, reestructuró su esquema pasando al 4-3-3 que permitía basar su estilo en mayor posesión, control y superioridad, todo ello con el permiso de Toni Kroos, quien tuvo que quedar relegado a un segundo plano, sacrificando su facilidad para atacar y Schweinsteiger, que aportó el equilibrio que Löw requería. Llegaron a su máximo rendimiento y se confiaron, como suele suceder al ganar un campeonato del mundo. Posiblemente, una de las causas del estancamiento se encuentre en el declive de Bastian Schweinsteiger y la falta de garantías de los que deberían sucederle.

El reto para Francia es volver a ganar una Eurocopa, veinte años después de la lograda en 1996 en Inglaterra. Para ello deben recuperar las virtudes que les permitieron levantar la Copa del Mundo pero adaptándolas a los jugadores que ahora ejercerán de titulares. En la portería, Neuer es fundamental tanto como seguro para evitar goles como por ser el primero en crear juego. En la línea defensiva destaca la rapidez de sus centrales. No solo Boateng o Hummels, sino también Mustafi, han sabido madurar con el equipo y generar confianza al resto. Para el centro del campo, Khedira y Kroos vuelven a tener la batuta, con Özil y Draxler en las bandas y Müller como artífice goleador.