Según el ministro, se han registrado al menos 223 fallecidos y más de 70 personas siguen desaparecidas, lo que muestra la magnitud de la devastación.
Las fuertes lluvias e inundaciones han afectado a numerosas regiones, destruyendo infraestructuras y dejando a miles de familias sin hogar. Las labores de rescate, que incluyen a equipos de bomberos, unidades de la UME y voluntarios, continúan de forma ininterrumpida en busca de sobrevivientes y cuerpos en zonas de difícil acceso.
Las autoridades locales y nacionales han prometido ayuda inmediata para los damnificados y han activado fondos de emergencia para reconstruir las áreas afectadas. Mientras tanto, familiares y amigos de los desaparecidos permanecen en una espera angustiosa, con la esperanza de obtener información sobre sus seres queridos.
La situación ha generado una ola de solidaridad en todo el país, con numerosas organizaciones y ciudadanos que se han movilizado para ofrecer apoyo a los afectados, a medida que el país se enfrenta a una de las tragedias naturales más devastadoras de los últimos años.

