El alcalde de Valladolid, que se llama Francisco Javier León de la Riva, ha eclipsado con su torpeza la crisis de gobierno y la toma de posesión de los nuevos ministros con sus declaraciones sobre Leire Pajín. De la Riva dijo textualmente en Onda Cero: "Ya lo que clama al cielo es lo de la ministra de Sanidad y Política Social, la Leire Pajín, que es una chica preparadísima, hábil, discreta, que va a repartir condones a diestro y siniestro por donde quiera que vaya y que va a ser la alegría de la huerta".
La noticia ya es la principal de todas las portadas de todos los medios digitales y en el PSOE han sabido ver el filón que la torpeza del acalde vallisoletano les proporcionaba. Primero fue el PSOE de Castilla y León el que exigió el cese, pero la cosa no quedó ahí. El ministro de Fomento, José Blanco, siempre con reflejos para estas cuestiones, compareció ex profeso en Ferraz –una de las pocas veces que lo ha hecho desde que es ministro– para exigir a Rajoy que "actúe con contundencia" contra las declaraciones "sexistas" del alcalde.
Ante el escándalo que ha organizado, De la Riva lo ha querido arreglar. Dijo que tuvo un exceso verbal al reconocer en voz alta" lo que alguna vez ha pensado "respecto al aspecto físico de la nueva ministra" y que se refería –¡atención– a que le "recuerda a un personaje de dibujos animados". Luego ha rectificado su propia rectificación.
La metedura de para de este alcalde, se suma a la de Cospedal y Arenas que este miércoles delante de las cámaras en los pasillos del Senado dijeron, con una cara de preocupación rayana en la desolación, que el nuevo Gobierno de Zapatero era mucho "mejor" que el anterior.
Rubalcaba no podía esperar una bienvenida más generosa por parte de la oposición.