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Carmelo Jordá

Escritores: ¡hay que escribir más!

Los ebooks y su facilidad para comercializarse y para venderse están cambiando algo que parecía tan inmutable como el paso de las estaciones o el hecho de que la noche siga al día: el ritmo de escritura y publicación de los creadores de éxitos editoriales

Publica The New York Times un interesante artículo sobre otro de los cambios que la edición digital está trayendo al mercado editorial, al menos en EEUU y, por tanto, dentro de unos años (ya veremos cuántos) lo más probable es que también aquí en España.

Y es que los ebooks y su facilidad para comercializarse y para venderse a precios muy atractivos están cambiando algo que parecía tan inmutable como el paso de las estaciones o el hecho de que la noche siga al día: el ritmo de escritura y publicación de los creadores de éxitos editoriales.

Así, antes y casi como un ciclo natural, un escritor escribía un thriller al año, éste se publicaba en tapa dura, se iba vendiendo más o menos, luego pasaba a bolsillo y finalmente a otro tipo de ediciones oportunistas.

El autor sabía que dedicaba buena parte del año a escribir y un porcentaje determinado a promoción, más o menos dura, y provechosa, según sea uno más o menos famoso.

Sin embargo, ahora hay autores, y editoriales, que ante un mercado mucho más voraz demandan a los autores más material: para empezar, se están popularizando los relatos cortos que se venden a 0,99 o 1,99 dólares y que se publican sólo en internet y, estratégicamente, entre seis y ocho semanas antes de lanzar libros completos.

Al parecer, con estas obras no se gana mucho dinero (aunque habría que estar seguros de en qué cifras se mueve el concepto "no ganar mucho dinero" en la industria editorial de EEUU), pero estos cuentos, habitualmente con personajes compartidos con sus "hermanos mayores", tienen un excelente efecto sobre las ventas de éstos e incluso sobre las de obras anteriores de los mismos autores.

Es un ejemplo más de la rentabilidad indirecta que puede tener el trabajo en el mundo del contenido hoy en día.

Pero no sólo eso: otros autores están forzando su ritmo hasta escribir no una sino dos obras grandes al año, y hay casos en los que la capacidad de trabajo se multiplica hasta cifras que pueden sorprender a cualquiera, como el de un escritor llamado James Patterson que, sólo y en compañía de otros, ha publicado hasta trece libros en doce meses.

Del mismo modo, siempre según el reportaje del NYT, las editoriales americanas ya han constatado lo que por aquí hemos adelantado en alguna ocasión: internet y las redes sociales piden (u ofrecen) a los escritores una presencia casi constante, mayor cercanía a los lectores y excelentes posibilidades de promocionarse.

Por supuesto, no todos los autores tendrán que adaptarse a estos nuevos ritmos, a estos nuevos modos, pero habrá que tener un músculo de talento inmenso para seguir a lo tuyo y mantener un espacio suficiente en el mercado.

Así que si usted no es un Vargas Llosa, un Franzen o un Pamuk... ¡hay que escribir más!

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