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Katy Mikhailova

Quien choni nace...

El rifirrafe entre Pelayo Díaz y Nuria Marín sobre lo "choni" de Bibiana Fernández todavía resuena.

El rifirrafe entre Pelayo Díaz y Nuria Marín sobre lo "choni" de Bibiana Fernández todavía resuena.
Nuria Marín | Instagram

Que Nuria Marín llame ‘choni’ a Bibiana Fernández es como si yo pretendiera darle lecciones de tenis a Verdasco. Sea o no escrito por ella el texto (el espectador se queda con el mensaje que, lamentablemente, ella comunica).

Claro que el poder de ‘y tú más, y peor’ es infinito, al igual que el poder de la negación, la estupidez humana y la ignorancia. Y es que consejos vendemos, pero para nosotros no tenemos. Nuria: así no. Eres una presentadora con ya una importante trayectoria en la televisión y en el corazón, pero no olvidemos que cuanto más sube uno, más rápida y fuerte es la caída. Y es que, el último Hormigas Blancas presentado impecablemente por una Carlota Corredera cada vez más segura, más definida (y también más guapa), es motivo de polémica por un rifi-rafe entre Pelayo Díaz y Nuria Marín.

Y es que la catalana, mientras analizaba la evolución del estilo de Bibi, no dudó en resaltar la etapa ‘choni’ de la artista. Ante lo cual, Pelayo espetó llegado su turno de intervención: "Me parece un delito llamar choni a Bibiana cuando lo que lleva Nuria es un mono".

No creo que el culpable sea el mono en cuestión, sino que el Teorema de la Mona podría estar más de actualidad que nunca. Querida Nuria, Bibi tiene más elegancia en solo un tacón que tú en todo el cuerpo. Y si no, repasemos los textos antes de entrar en directo: pues no es la primera vez que haces juicios de valor, en los estético, con tanta facilidad, y sin leer el ‘cue’.

La elegancia, el estilo y la clase son de esos conceptos tan abstractos y ambiguos, que encontrar una teoría y definición es tan improbable como absurdo. Sin embargo, todos apreciamos la elegancia, nos guste o no el estilo.

Ser choni no está adscrito a la tendencia que dictamina (por época) cómo hay que vestir, más en los tiempos de los 90 (pues había mayor limitación en la vestimenta, ya que hoy ‘todo se lleva’). Ser choni es una actitud vulgar y grotesca ante la vida, que pasa a materializarse en tejidos que uno elige llevar. El que nace choni, morirá choni. Y aquí paz, y después gloria. Tiene que haber gente para todo y todos. Cristina Pedroche, por más Valeros-Rioja (el fotógrafo de moda, ¡un crack!) que la fotografíen y por más vuittones que ose llevar, siempre será la chica de Vallecas que saltó a la fama por ser una reportera divertida, sin complejos y muy atractiva. Lo cortés no quita lo valiente. Y el chonismo no le resta ni belleza ni inteligencia al que padece este mal endémico de la civilización occidental. (Pues es curioso que en los países en vías de desarrollo, el Chonismo no existe: se es pobre o rico. Y ahí se acabó la discusión y el "distanciamiento social" porque la "nueva normalidad" no existe).

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El mono de Nuria Marín | Telecinco

Cuando alguien tiene elegancia innata, aunque le vistas como a ‘La Rosalía’ o a Omar Montes (con pijamas de Gucci y uñas de bruja, cadenas de oro, dientes decorados con perlas), seguirá siendo elegante. Al igual que el ‘cue’, podemos tirar balones fuera de portería y culpar a los estilistas de turno. Siempre puede haber una razón externa ajena a nosotros responsable de la desgracia propia. Como saben, el hábito no hace al monje, y aunque la mona se vista de seda, siempre nos quedará Inditex

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