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Juan Manuel González

'Destino Final 5': de final, nada de nada

Póster Destino Final 5

Y llegamos a la quinta entrega de Destino Final, franquicia de terror iniciada en 2000 por James Wong con una película que rizó el rizo del slasher con una premisa a caballo entre el terror adolescente y el cine de catástrofes, y que en su momento tuvo su ingenio: un grupo de jóvenes consigue librarse de la muerte por la premonición de uno de ellos, provocando que después la invisible Parca, decidida a corregir esa arruga en su currículum, vaya acabando uno por uno con los afortunados que se libraron mediante una serie de estrambóticos y sangrientos accidentes...

La labor de exterminar el reparto de jóvenes (y mediocres) actores ha recaído esta vez en Steven Quale, toda vez que David Ellis, director de la segunda y cuarta entregas, ha salido corriendo a alguna otra franquicia. Tanto da, pues lo cierto es que Quale, director de la segunda unidad de Avatar–es decir, de muchas de sus secuencias de acción- y corresponsable junto a James Cameron de apurar la tecnología 3D que ahora nos invade en los cines, está igual o más versado en estos menesteres que los anteriores.

Destino Final 5 hace gracia por la brutal mímesis de las anteriores entregas. Salvo por su simpática y cruel cabriola final, que haría esbozar una pequeña sonrisa de complicidad al J.J. Abrams más mangoneante de la serie Perdidos, sus responsables no se han molestado más que en renovar las trampas que la invisible muerte tiende aplicadamente a sus desafortunados protagonistas. La película se limita a repetir el ingenioso esquema de la primera cinta cambiando las maquinaciones de la muerte y también la espectacular secuencia de apertura, siempre el verdadero sello de identidad de la saga y la que aporta cierto aroma de cine de catástrofes al slasher.

Si bien el guión cuenta con algo más de relleno que la anterior entrega y se percibe un leve esfuerzo en hacer de los personajes entidades (algo) menos idiotas, Destino Final 5 no consigue sobreponerse a esa repetición descarada. Quale reduce un tanto la glotonería gore de Ellis, pero a cambio cumple el expediente en las elaboradas secuencias de catástrofes, y también cuando toca terminar ávidamente con los miembros del reparto. Destino Final 5 sigue apostando por coquetear con el puro slapstick en divertidas e hiperviolentas escenas de suspense que oscilan entre el humor malévolo, el recurso a lo cotidiano –una sesión de acupuntura o al oculista,y no decimos más...-, y lo puramente espectacular –la buena secuencia inicial en el puente colgante-. Con esto y poco más los productores  rematan los entretenidos ochenta y pocos minutos de función. No obstante, deberían ir pensando en ir aportando algo para el sexto calco de la saga. No duden que llegará.

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