L D (Agencias) Este incremento de beneficios, ligeramente inferior a lo previsto por los analistas, fue posible gracias al aumento del 23,2 por ciento en el negocio crediticio y del 25,8 por ciento en los recursos gestionados de clientes, aunque también fueron determinantes la contención de costes y la reducción de las provisiones crediticias derivada de un efecto contable.
Al término del ejercicio pasado, la entidad presidida por Ana Patricia Botín tenía concedidos créditos a sus clientes por importe de 49.973 millones de euros, de los que 26.535 millones eran préstamos con garantía real -donde se incluyen las hipotecas-, que crecieron el 25,6 por ciento. En recursos de clientes, Banesto tenía en sus arcas 68.712 millones de euros, cifra superior en el 25,8 por ciento a la del cierre de 2004, gracias al esfuerzo realizado por la entidad en las cuentas corrientes y, sobre todo, en las imposiciones a plazo.
De hecho, las primeras crecieron el 9,1 por ciento y las segundas, un 33 por ciento, con lo que se compensó el menor auge de los fondos de inversión, que crecieron el 7,6 por ciento. Los planes de pensiones aumentaron el 14,1 por ciento, pero todavía acumulan un patrimonio moderado –1.513 millones, frente a los más de 12.000 en fondos de inversión– y los productos de seguro de ahorro descendieron el 0,4 por ciento. Con estos incrementos en sus productos, los ingresos netos por comisiones crecieron el 5,3 por ciento, hasta 514,23 millones de euros. La entidad reconoce que los procedentes de los fondos de inversión no aumentaron durante el ejercicio pasado, debido a que su estrategia se centró en la captación de depósitos a plazo.
Los resultados de Banesto del ejercicio pasado se sustentaron también en la contención de costes –sólo crecieron el 2,6 por ciento–, lo que permitió mejorar tres puntos su ratio de eficiencia -cuantía de los ingresos que consumen los gastos-, hasta situarla en el 40 por ciento. Además, Banesto contó con más de 98 millones de euros (20,3 por ciento más) aportados por sus participadas, principalmente Urbis, y se benefició de una reducción de las dotaciones para provisiones crediticias, derivada de la aplicación de las nuevas normas contables, pero también de una menor morosidad.
La entidad redujo sustancialmente su tasa de mora, y la situó en el mínimo del 0,49 por ciento, frente al 0,63 por ciento del ejercicio anterior. Con todo ello, Banesto incrementó el 10,1 por ciento el margen de intermediación –diferencia entre ingresos y gastos de créditos y depósitos–, y el 9,7 por ciento el ordinario –añade comisiones, operaciones financieras y la actividad de seguros–. El margen de explotación, o resultado de la actividad típicamente bancaria, creció en mayor medida, el 16,3 por ciento, y superó ligeramente los 1.000 millones de euros.