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El Gobierno infla los ingresos para justificar un mayor despilfarro en 2010


    La austeridad se convierte en un aumento del gasto 
    Oculta el déficit con una previsión irreal de ingresos
    La subida de impuestos ya no será temporal
    La ofensiva fiscal la pagarán las clases medias

El Gobierno vuelve a fallar en su análisis de la situación económica. Los Presupuestos Generales del Estado para 2010 son irreales e incluyen previsiones de imposible cumplimiento. Los principales engaños se encuentran en las tres grandes partidas: gastos, ingresos e impuestos.

Una vez más el Gobierno ha vuelto a demostrar su falta de responsabilidad a la hora de diseñar las cuentas públicas para el año que viene. No es la primera vez, el pasado año el entonces vicepresidente económico, Pedro Solbes, presentó unos Presupuestos que ni el mismo se creía, lo que quedó demostrado pocos días después de su aprobación, cuando admitió que eran papel mojado.

Ahora, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, sigue la estela de su predecesor en el cargo al presentar en el Congreso de los Diputados la propuesta del Gobierno para los Presupuestos Generales del Estado de 2010.

No se trata de cuestiones puntuales. En concreto la falta de rigor afecta a los ingresos, gastos y a la recaudación fiscal, especialmente en aquellos tributos que el Ejecutivo ha decidido subir para tapar el agujero de las arcas públicas.

En primer lugar, el texto presupuestario constata una subida del gasto público superior al 17%, lo que contrasta con las promesas de austeridad que lleva realizando el Gobierno en las últimas semanas. El volumen total se sitúa en los 185.249 millones de euros y tan sólo se aplican recortes presupuestarios en 10 de las 26 políticas de gasto existentes.

En cuanto a los ingresos, las cuentas elaboradas por la vicepresidenta económica también están muy lejos de la realidad. Normalmente los gobiernos son cautos a la hora de estimar cuánto dinero llegará a la caja pública, con el objetivo de no tener sorpresas al cierre de los ejercicios que aumenten el déficit.

En el caso de Salgado es todo lo contrario: infla los ingresos más del 21% para no admitir el enorme agujero presupuestario que se producirá al cierre de 2010. Como muestra de que el Gobierno sabe que sus previsiones de ingresos no son reales admite en el texto presupuestario que se emitirán 211.000 millones de euros en deuda  (para financiar el déficit) el próximo año, situando la cifra total por encima de los 600.000 millones.

Una subida de impuestos ni limitada ni temporal

Otro de los engaños del Gobierno se encuentra en el supuesto carácter “limitado y temporal” de la subida de impuestos. No se atrevía Zapatero desde Naciones Unidas a dar detalles sobre la ofensiva fiscal que preparaba el Ejecutivo.

Unos días antes, concretamente el 28 de agosto, Zapatero anunciaba una subida de impuestos “limitada y temporal”. Idea en la que insistía este mismo martes Leire Pajín, pese a que Salgado ya había dejado claro en su comparecencia en el Congreso que la subida de impuestos será permanente.

La vicepresidenta segunda apuntó este martes que la subida fiscal para 2010 no será temporal, porque las circunstancias "no lo aconsejan" y el Gobierno no tiene previsión de que esto pueda cambiar, al menos en un futuro próximo.

Las clases medias sufren la ofensiva fiscal

Pero las mentiras del Gobierno ni empiezan ni terminan en la supuesta estacionalidad de la subida de impuestos. En junio Zapatero negaba en Las Mañanas de Cuatro, con Concha García Campoy, que el Gobierno fuera a subir los impuestos en este año. Apenas dos meses después anunciaba la subida.

Además, tal y como también reconoció Salgado en el Congreso este martes, el mayor esfuerzo fiscal va a recaer sobre las clases medias y trabajadoras. Precisamente lo único que ha asegurado Zapatero desde el principio es que serían las rentas altas las que asumirían el mayor esfuerzo.

Pero, tal y como ha dicho Salgado, “es muy difícil decir quién es rico y quién no lo es”, por lo tanto “la base de nuestra recaudación fiscal, la actual y la futura, son las clases medias, porque las clases medias, entendida como conjunto, son las que figuran nuestra base fiscal”.

Existen más cuestiones que generan dudas tras la lectura de los Presupuestos, pero las citadas son ya suficientes para cuestionar el texto. Sirva a modo de ejemplo que el Gobierno da por hecho que se destruirán más de 300.000 empleos (cifra que se incluye en las cuentas públicas), aunque el presidente asegura que en 2010 España volverá a crear puestos de trabajo.

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