El drama del mercado laboral español no es ningún secreto. Sin maquillajes, ya son casi 5 millones los españoles que sufren directamente el desempleo, sin una alternativa fácil a corto plazo de volver a incorporarse al mercado laboral.
Pero aunque no lo padezcan en sus propias carnes, los analistas cada vez se hacen más eco de los graves problemas de desempleo que sufre España. Lo demuestra un reciente análisis elaborado por Chris Mooney, analista especializado en las economías de la Unión Europea de RGE Monitor, entidad que dirige Nouriel Roubini.
En primer lugar, se dedica a mostrar la cruda realidad del empleo español a través del repaso de algunos datos. La tasa de desempleo española, alcanzando casi el 18% en el segundo trimestre, es la más alta de los países de la eurozona, y está muy por encima de la media europea que se sitúa en casi el 9%.
De hecho, alrededor del 30% de las personas desempleadas de la eurozona viven en España. Además, esta situación es particularmente severa para los jóvenes, con uno de cada tres trabajadores por debajo de los 25 años enfrentándose a un periodo prolongado de paro. Las previsiones no son nada halagüeñas: estudios solventes afirman que España sufrirá tasas de paro mayores al 25%, como adelantó LD.
A pesar de que la actual crisis es global y ha afectado a todos los países europeos, la situación española es especialmente grave, estando a la cola de la recuperación -si es que en España acaso se puede vislumbrar-. Según buena parte de los expertos, la contracción se ha visto agravada, y el empleo especialmente golpeado, por unas regulaciones laborales rígidas y anticuadas, causa de la "catastrófica forma en que funciona el mercado laboral", según palabras de Luis Garicano de la London School of Economics.
Para ver la negativa divergencia española en el empleo, a continuación se muestran las tasas de paro y su evolución más reciente de varios países desarrollados (Alemania, Francia, Estados Unidos, España y la media de los 27 de la UE), con España despuntando sobre los demás:
Sin embargo, los datos objetivos y las frías cifras no reflejan cabalmente la cruda realidad de gran número de familias españolas, especialmente, de las casi un millón de familias que cuentan con todos sus miembros en el paro, como avanzó LD.
En este sentido, además de las evidentes consecuencias económicas negativas de esta situación, así como una productividad decreciente y un pesado lastre sobre la demanda, las consecuencias sociales también son importantes.
Así, el empleo ha superado al terrorismo como principal preocupación del electorado español. Especialmente preocupante será la situación en caso de que la crisis española se prolongue más que en los países vecinos, y el Banco Central Europeo cierre el grifo de la financiación a la deuda española.
Causas de los problemas del paro galopante
Según el analista de RGE Monitor, uno de los principales problemas del mercado laboral español es su sistema de empleo de dos niveles, donde los contratos temporales van por un lado, y los indefinidos por otro. A este sistema se llegó como la única solución políticamente viable, dada la oposición de los sindicatos a profundas reformas en el mercado laboral durante los años 80.
Estos cambios liberalizaron los contratos de trabajo temporal -con menores costes de despido y mayor flexibilidad-, pero los contratos indefinidos se mantuvieron intactos. El uso de este tipo de contratos se ha extendido ampliamente, y ya en 2005 los temporales llegaban a ser el 33,5% de todos los contratos de empleo, un fenómeno que estuvo mucho más extendido en el sector de la construcción.
El problema de esto, para Mooney, es que tiene fuertes efectos pro-cíclicos. Esto es, se estimula demasiado el empleo durante el boom, mientras que durante la contracción se agrava especialmente el desempleo.
Pero los problemas apuntados no son, ni mucho menos, los únicos que sufre nuestro mercado laboral, y por los que la tasa de desempleo es tan alta en nuestro país. Aparte del hecho de que la caída en la producción española ha sido más fuerte por la mayor intensidad de la burbuja inmobiliaria, los expertos han identificado tres grandes problemas:
- Las elevadas prestaciones por desempleo en España constituyen un desincentivo al trabajo, como explicaba en pocas y claras palabras Jorge Valín, analista del Instituto Juan de Mariana-.
- El sistema educativo ha generado una descoordinación entre las destrezas educativas y las demandas de los empresarios. Así, el 30% de los trabajadores españoles tiene un nivel educativo que excede los requisitos de su trabajo.
- La persistencia de las rigideces salariales debidas a una elevada presencia e influencia de los sindicatos, y al proceso de la indexación de los salarios según la evolución de precios al consumo (IPC). Así, mientras los precios de los productos caen por la caída de la demanda, los salarios permanecen rígidos y afectan notablemente al coste de producción, lo que se refleja negativamente en la competitividad de las empresas españolas
A pesar de las medidas de estímulo aprobadas por el actual Gobierno socialista, que equivalen al 7% del PIB -si se toman en cuenta los estabilizadores automáticos-, Mooney señala que "es improbable que tengan los efectos de largo plazo deseados. El desempleo ha continuado subiendo y las rigideces del mercado laboral siguen existiendo".
Por tanto, concluye que "los programas de soluciones inmediatas no pueden aliviar la enfermedad del desempleo de España. Tan sólo reformas amplias y efectivas para reducir la indexación salarial, equiparar los costes de despido de los empleados temporales e indefinidos, y reducir el peso de la negociación colectiva salarial, pueden resolver este arraigado problema" de la economía nacional.
Sin embargo, Mooney reconoce que las políticas de reforma relativas al mercado laboral son difíciles de aprobar en nuestro país, a pesar de que la demanda de reforma es elevada en estos momentos, como constatan incluso altos miembros del BCE y numerosos economistas.
La principal causa es la resistencia de los sindicatos: éstos "desean mantener el statu quo debido a la extraordinaria seguridad laboral que proporciona a los empleados indefinidos, quienes conforman la mayoría de los afiliados a los sindicatos".
Pero esta resistencia puede difuminarse en los años venideros, dado el alto desempleo y la posible pérdida de poder político de los trabajadores permanentes, lo que podría abrir una nueva "ventana para la reforma" del rígido mercado laboral español.
Además del problema de los sindicatos, el analista de RGE apunta que los obstáculos y dificultades más importantes para nuestro presidente están dentro del Parlamento. Con un gobierno minoritario y unas alianzas con partidos izquierdistas que son poco de fiar en asuntos clave, "la única posibilidad de reforma es un esfuerzo conjunto entre el partido socialista y la oposición conservadora", situación que ve como "altamente improbable", a pesar de que sería de gran interés para la economía española. La necesidad de reformar el "brutalmente ineficiente mercado laboral de dos niveles", como califica Mooney, nunca ha sido más urgente.