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Se dispara un 45% la demanda de alimentos de las entidades benéficas

Tras las cifras de la crisis, numerosas familias se ven obligadas a acudir a las entidades benéficas. Cáritas confiesa a LD que "muchas parroquias están angustiadas". No dan abasto, cada vez son más los parados sin recursos que llaman a su puerta.

Tras las cifras de la crisis, numerosas familias se ven obligadas a acudir a las entidades benéficas. Cáritas confiesa a LD que "muchas parroquias están angustiadas". No dan abasto, cada vez son más los parados sin recursos que llaman a su puerta.
(Libertad Digital) Una de las consecuencias más crudas de la crisis económica la constatan diariamente las asociaciones benéficas. Éstas han visto como sus comedores sociales se llenan como nunca, sus servicios de ayuda económica reciben cada vez más y cómo cambia el perfil de demandante de servicios de socorro.
 
Según el Banco de Alimentos, la solicitud de alimentos por parte de las entidades benéficas ha aumentado en un 45%. Así lo recoge en su última publicación la Obra Social de Caja Madrid que ya aporta 816.700 euros en estos programas de ayuda. Según sus cálculos, a nivel nacional se reparten cada día 69 millones de kilogramos de alimentos, lo que supondría un reparto a cada centro asistencial de 800 a 1.500 kilogramos de comida diaria. Un total de 3.500 empresas alimentarias ya han hecho donaciones.
 
Pero no sólo empresas. El pasado mes de enero se conoció que un donante anónimo había puesto a disposición de los comedores sociales de la Diócesis de Madrid 100.000 euros.
 
Unos problemas que se vienen registrando desde hace tiempo, cuando el Gobierno aún negaba la crisis económica. En verano, Cáritas diocesana, informó de que desde febrero de 2008 habían constatado un importante repunte del número de nuevos afectados que solicitaban sus ayudas para poder pagar la hipoteca.
 
Según una encuesta encargada por este organismo de beneficencia en diciembre, las demandas de acogida y asistencia económica y alimentaria se habían disparado un 80%. Además, quedaron especialmente sorprendidos con el perfil de los nuevos demandantes. Generalmente familias de clase media que se habían quedado en el paro y que se veían obligados a acudir al "último eslabón de la cadena asistencial", la beneficencia, incapaces de hacer frente a la hipoteca, recibos de la luz o "del colegio de los niños", nos cuenta uno de los responsables de acción social de Cáritas.
 
Así, recientes reportajes elaborados por LDTV, muestra el día a día que viven algunos de estos centros como los comedores sociales que mantienen congregaciones como las Damas apostólicas en el Centro Luz Casanova de Madrid o Las Hijas de la Caridad en la madrileña calle de Martínez Campos.
 
Unos comedores que en cuestión de meses han pasado de no ocupar todas las mesas a dejar a gente en la calle porque no les queda más comida. Además, han pasado a atender a personas sin techo ni recursos a dar acogida y comida caliente a familias enteras, o parados sin recursos familiares que han de hacer frente a numerosos pagos y no les queda para comer.
 
"Muchas parroquias están angustiadas"
 
En este sentido, LD se ha puesto en contacto con el responsable de acción social de Cáritas en Valencia. Nos repite el mismo mensaje: "Desde mediados del año pasado ya detectamos que empezaban a acudir más personas tanto a los servicios de Cáritas Diocesana como en las Cáritas Parroquiales".
 
Una de las cosas que más ha llamado la atención de este responsable de Cáritas ha sido el drástico cambio en el perfil del nuevo demandante de servicios de asistencia. "Aumentaron las solicitudes de ayuda económica centradas en vivienda", el perfil del nuevo demandante, "es gente que ha estado trabajando hasta hace unos meses y que ha agotado las prestaciones por desempleo y las prestaciones sociales a las que tenían trabajo". Sin recursos "acuden a Cáritas".
 
En esta situación atienden cada día a "esposas cuyo marido era el cabeza de familia, ha perdido el dinero y se han quedado sin recurso". Son gente que "nunca se había planteado la necesidad de tener que acudir a la beneficencia" y que se encuentran "muchas veces desorientados" y muestran "cierto reparo" al tener que entrar en los circuitos de asistencia social, lo que "angustiosamente llamaban la pobreza vergonzante". Sobre todo los nuevos demandantes de servicios son "familias monoparentales y familias numerosas".
 
Cáritas, desbordada
 
Este responsable confiesa que la avalancha de nuevos demandantes de beneficencia "desborda las posibilidades de Cáritas", lo que repercute "en la calidad de la atención". Según explica, "en algunos servicios hay verdaderas colas" y los economatos "están desbordados". La fuerte respuesta de parroquias, empresas, y anónimos que aportan dinero o alimentos ha sido "sorprendente y magnífica". La verdad es que "nos deja atónitos" .
 
En este punto, Cáritas Valencia ha querido hacer un llamamiento a las administraciones, central, autonómicas y locales para que redoblen la protección social y hagan "apuestas ambiciosas" por los servicios sociales, que, a duras penas, pueden hacer frente a este aluvión de nuevos parados sin recursos que llenan los servicios de asistencia de las asociaciones benéficas.

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