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Rebelión en el PSC: el alcalde de Blanes compara España con el Magreb y equipara Cataluña a Dinamarca

Bronca en el socialismo catalán por la colaboración con el referéndum separatista de algunos municipios con alcalde socialista.

El alcalde de Lérida, el veterano dirigente del Partit dels Socialistes de Catalunya Àngel Ros, sufre una campaña de acoso y derribo desde que declaró que el ayuntamiento no colaboraría con el referéndum separatista del 1 de octubre salvo que fuera acordado con el Estado. Ros, uno de los dirigentes más escorados hacia el nacionalismo del PSC, depende ahora del apoyo de Ciudadanos y está a punto de culminar el proceloso proceso de traducir al español la web municipal.

Ros es la encarnación del giro pedrista del PSC, federalista, pero no separatista, en la línea del primer secretario del socialismo catalán, Miquel Iceta, que se abstuvo tanto de hacer campaña por Susana Díaz como de postularse como partidario de Sánchez. Esa cierta equidistancia con guiños al renovado líder del PSOE ha conferido a Iceta un papel de cierto relieve en la oscilación plurinacional y federalista del partido. Sin embargo, el frente municipal del PSC está tan alborotado que la dirección federal ha tenido que llamar la atención a la alcaldesa de Santa Coloma, Nuria Parlón, partidaria de recurrir a las más altas instancias internacionales en el hipotético caso de que el Senado apruebe la aplicación del artículo 155 de la Constitución en la Comunidad Autónoma de Cataluña.

Parlón, partidaria del "derecho a decidir", no parece dispuesta a ceder los locales de titularidad municipal como colegios electorales, pero considera el proceso una herramienta para laminar al PP. De la misma opinión es el alcalde de Tarrasa, Jordi Ballart, quien ya se ha mostrado en rebeldía con el PSC. A pesar de que la instrucción del partido es la de pedir un informe al secretario municipal sobre la legalidad de la consulta, Ballart quiere ceder instalaciones y facilitar el referéndum.

Hospitalet no colaborará con el 1-O

En el Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad con más habitantes de Cataluña, la alcaldesa socialista Nuria Marín ya ha advertido de que no colaborará con la consulta, pero la posición de los socialistas en la Cataluña interior no está tan clara. En Gerona, los socialistas sostienen un gobierno convergente y apoyarán el referéndum. En Sant Cugat, el Pozuelo de Barcelona, la situación es idéntica. Gobierna la convergente Mercé Conesa, presidenta de la Diputación condal, gracias al apoyo del PSC. Igual que e Vilanova i la Geltrú, donde la presidenta de la Associació de Municipis Independentistes, la convergente Neus Lloveras, es alcaldesa merced al PSC.

El último en sumarse al socialismo separatista ha sido el primer edil de Blanes, Miquel Lupiáñez i Zapata, originario de Granada, pero convencido de la superioridad étnica catalana hasta el punto de declarar que respecto a España, "en Cataluña se vive de otra manera; es lo mismo que pasa con Dinamarca frente al Magreb". A 96 días para el 1-O, los alcaldes y concejales socialistas de la Cataluña interior se inclinan por sumarse a la hora de ruta separatista.

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