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Tensa conversación entre Clegg y Brown: ¿Gritos por la dimisión del laborista?

Las conversaciones en Reino Unido se tensan por momentos. Brown pacta a la despesperada, y según la BBC, los nervios le han jugado una mala pasada otra vez: en una conversación con Nick Clegg para reclamar su apoyo, el primer ministro acabó gritando al liberaldemócrata porque reclamó su dimisión.

Solo Brown y Clegg saben qué ocurrió realmente en la conversación que mantuvieron el viernes noche, en la que el laborista buscaba los apoyos del liberaldemócrata. La cadena británica BBC sorprendía este sábado con una suculenta filtración: ambos políticos se enzarzaron en una "acalorada" discusión, en la que inició una "diatriba" contra Clegg cuando éste le sugirió la posibilidad de que dimitiera del liderazgo laborista.

El canal británico se apoyó para difundir esa información en los comentarios hechos por un veterano diputado de la formación liberaldemócrata, implicado en las negociaciones de ese grupo con los conservadores de David Cameron para intentar alcanzar un acuerdo de gobierno.

Dicha fuente dijo a la BBC que durante la polémica conversación telefónica entre Brown y Clegg, el tono "se deterioró" ante la mención de la posible "dimisión" del líder laborista como jefe del Ejecutivo, planteada por el dirigente liberal. La misma fuente también insinuó que la actitud de Brown hacia Clegg fue "amenazante", algo que han negado hoy fuentes de ambos partidos.

De ser cierta esta información, no sería la primera vez que a Gordon Brown le pierden los nervios, y olvida las formas y buenas maneras. Dos libros relataron los brotes de ira del laborista, al que definían como "psicológicamente agresivo", o "emocionalmente incapaz de liderazgo", según asesores cercanos.

Ya durante la campaña electoral, el primer ministro dilapidó las últimas oportunidades que le quedaban por no aguantar la compostura durante un acto de campaña. Es el ya famoso episodio de la "viuda Duffy" a la que insultó a micrófono abierto, porque le reprochó su política de inmigración.

La tensión y la tirantez ha sido una constante en la relación entre Brown y Clegg, pese a su cercanía ideológica. No obstante, fuentes oficiales del partido laborista y del liberal demócrata se han apresurado a desmentir los gritos en dicha conversación.

Mediante un comunicado oficial, los liberaldemócratas negaron la discusión, según recoge Efe: "Cualquier insinuación de que se trató de un intercambio hostil o airado sería equivocado. Fue (una conversación) perfectamente amigable y ambos expusieron lo que ya habían dicho en sus comunicados públicos".

Por parte de los laboristas, fue un portavoz de Downing Street, residencia y despacho oficial del primer ministro, quien negó por su parte que Brown hubiera "gritado" a su colega y, por contra, tildó la charla entre los dos de "constructiva".

También Harriet Harman, reforzó ese argumento, al admitir que una supuesta discusión entre Brown y Clegg sería "sorprendente" en estos momentos.

"Yo no formé parte de esa llamada, pero creo que sería sorprendente que hubieran discutido. Pienso que todo el mundo sabe lo que aquí está en juego y no creo que nadie se atreviera a perder los nervios", observó Harman.

Tras los comicios generales, en los que Cameron sacó más escaños y más votos aunque no llegó a la mayoría absoluta de 326 escaños, tanto los "tories" como los laboristas hicieron sendas propuestas de gobierno a los liberaldemócratas.

Clegg reiteró que a la vista de esos resultados electorales, los conservadores deberían ser los que tomaran la iniciativa para tratar de formar gobierno, algo que ya dijo durante la campaña electoral.

Durante las semanas previas a los comicios, el líder liberal también insinuó que le resultaría difícil trabajar con los laboristas si Gordon Brown siguiera al frente de ese partido, en el caso hipotético de que ambos grupos llegaran a aliarse.

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