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Amando de Miguel

El adoquín te espera

Hace más de un siglo había ya grafitos en las paredes de Madrid y así fueron estudiados por Bernardo de Quirós en un libro clásico. Por cierto, que el autor escribió “grafitos” y no esa cursilada de “grafitti”.

Pues bien, los grafitos continúan con manifiesta intemperancia, o mejor, con sonora inverecundia. Al entrar en clase me encuentro con este espécimen: “El adoquín te espera”. Como puede verse, se trata de una profunda reflexión intelectual. No sé muy bien si se dirige a los estudiantes o al profesor. La forma singular más parece dirigirse a una sola persona, quizá a cada estudiante individualizado. Es un resabio de otros tiempos, pues ahora en las calles apenas hay adoquines. Claro que no quedaría bien lo de “el mobiliario urbano te espera”, se supone que para incendiarlo o destrozarlo. La alusión al adoquín genérico equivale a cualquier arma arrojadiza contra cualquier forma de autoridad o de propiedad. Es, pues, una llamada a la revolución, a las barricadas. Todo queda un tanto prepóstero, para qué nos vamos a engañar. Por mucho mobiliario urbano que se queme o por mucho escaparate que se rompa, el orden como tal poco se va a conmover.

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