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Amando de Miguel

El dialecto politiqués

José Luis anota que en una publicidad de la BBK se dice que esa entidad financiera patrocina una ópera "por primera vez en el Estado". Comenta don José Luis: "¡Lo que hay que hacer para no mencionar la palabra España!".

Luis Alfonso R. de Trio comenta lo de "frailas" que dijo la ministra de Cultura. Precisa: "Hay que ser muy plano de mente para pensar que a las feministas les pueda satisfacer ese gesto de la ministra de Cultura". Mi opinión es que lo de "frailas" de la ministra de Cultura, como lo que dijo en su día la mujer de Felipe González sobre las "jóvenas", son cosas que mueven a risa.

Eloy González (Palma de Mallorca) critica la observación que aquí se hacía de un anuncio de IKEA en el que se incluía este aviso: "Precios del catálogo válidos en la península excepto Portugal". Don Eloy sostiene que no debemos ser escrupulosos, ya que la casa de IKEA que opera en Canarias y Baleares es independiente de la española. Así pues, el catálogo de precios no tiene por qué coincidir en las dos empresas. Acepto la crítica, pero, aun así, creo que los suecos de IKEA se han adaptado muy bien a la corrección política que domina en España. Su primera prescripción es evitar la mención de "España". Siempre se podía haber dicho "precios válidos para España, excepto en los archipiélagos". ¿Qué dirían los suecos si, al hablar de Suecia, dijéramos "la península escandinava excepto Noruega"?

Agustín Fuentes se ha estudiado con detalle el discurso del actual presidente del Gobierno. Anota algunas innovaciones léxicas, como "civilizatorio", "incontestada hegemonía unipolar" o "la fractura entre los mundos musulmán y cristiano secularizado". El remate es esta frase: "El nuestro es un combate por otros medios, basado en un concepto blando de la seguridad, ya que el origen del mal que pretendemos atajar está en las mentes y en los corazones". A don Agustín esa retórica zapateril le parece "una sandez sin paliativos". Los libertarios dirán.

Don Agustin critica los excesivos coloquialismos del lenguaje público de Mariano Rajoy. Por ejemplo, "referirse al tema terrorista como negocio". No me parece a mí un exceso de coloquialismo. Los juristas hablan del "negocio jurídico" y los teólogos del "negocio de la salvación". En ambos casos se trata de cuestiones muy serias y técnicas. Cierto es que los terroristas vascos "hacen su negocio", en el sentido de que obtienen todo el provecho posible de sus taimadas tácticas siempre a favor de sus confesados intereses.

Continúa don Agustín y me señala esa patochada de las sensibilidades políticas para eludir a los partidos políticos o las facciones dentro de ellos. Claro que, como la chusma de los batasunos no constituyen un partido legal, el presidente del Gobierno vasco incluye a esos desalmados en una lista de "sensibilidades". Añado que mejor sería llamarlos "insensibilidades"

Olegario Olayo Martínez sostiene que lo de las ONG tendrían que ser OMG, esto es, Organizaciones Muy Gubernamentales, puesto que dependen de las subvenciones del Gobierno. Asimismo se queja de que se llamen "activistas" a los delincuentes o terroristas. Añade que peor aún es considerar al terrorista español más sanguinario como "hombre de paz" o algo por el estilo. Se refiere también don Olegario al argumento electoralista de Rafael Simancas, que presumía de que su madre era analfabeta. Sobre el particular recuerdo la réplica de Federico Jiménez Losantos: "¿No le da vergüenza a Simancas no haber sacado tiempo para enseñar a leer a su madre?".

José Morales razona así: "Puede que al nuevo gobierno catalán le moleste ser conocido como el tripartito". Don José propone que sea conocido como "el gobierno de la trinca". En efecto, la trinca es el "grupo o pandilla reducidos de amigos", originariamente de tres de ellos. En latín se decía que "tres forman una asociación" (tres facium collegium). Por extensión, trinca es el conjunto de tres cosas. Claro que, coloquialmente, trincar significa robar y también tomar una bebida alcohólica (del alemán trinken = beber) o poseer sexualmente a alguien. En castellano clásico trincadero era una casa de putas. Hay también diversos sentidos de trincar y sus derivados en la jerga marinera. Se me ocurre que el "gobierno tripartito" podría llamarse igualmente el "gobierno trinitario".

José Luis anota que en una publicidad de la BBK se dice que esa entidad financiera patrocina una ópera "por primera vez en el Estado". Comenta don José Luis: "¡Lo que hay que hacer para no mencionar la palabra España!".

José María Navia-Osorio me habla de la estupenda iniciativa de unos cursos para formación de funcionarios que ha implantado el Instituto Adolfo Posada, dependiente del Gobierno de Asturias. Además de otras materias, hay una, muy curiosa, llamada "Ciudadanía". Otro "muy bonito", según don José María, es el de "Política fiscal y de género", y otro más "El papel de las mujeres y los hombres en las diferentes culturas". Uno de los temas de ese curso dice así: "La sociedad del pasado en España, reflejo del androcentrismo y el patriarcado". Aunque el curso preferido de don José María es "Taller de trabajos sobre estereotipos domésticos para la igualdad". La sensata opinión de don José María es que la mujer va progresando razonablemente en España. Concluye: "Las que nunca progresarán son las feministas que confunden el feminismo con el odio a los hombres y que, por cierto, muchas veces tienen un aspecto andrógino que no tienen las mujeres que triunfan profesionalmente". La polémica está servida.

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