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Amando de Miguel

Lengua y lenguaje

Llegaremos a decir "un hombre, una mujer, un voto". O también, que "en Castilla-La Mancha los y las linces se han salvado de la extinción". Parecerá extremo, pero se ha dicho que "el Ministro se ha desplazado a Bosnia para visitar a los y las soldados".

Carlos Muñoz, profesor de Traducción en Bruselas, me envía un largo artículo sobre la situación de la lengua española. Está lleno de observaciones agudas, de quejas muy razonables sobre el deterioro del español. Destaca la crítica de la manía de "los ciudadanos y las ciudadanas", que quiere ser una forma de discriminación positiva y acaba en complejo de inferioridad o en tontería. Señala don Carlos que llegaremos a decir "un hombre, una mujer, un voto". O también, que "en Castilla-La Mancha los y las linces se han salvado de la extinción". Parecerá extremo, pero se ha dicho que "el Ministro se ha desplazado a Bosnia para visitar a los y las soldados". Añade una anticipación: "¿Exigirá alguien que, de ahora en adelante, la OIT se llame OITT, Organización de los Trabajadores y de las Trabajadoras?". Claro que –sigue don Carlos– nada como la transformación de la famosa frasecilla de Hobbes: "El hombre y la mujer son lobos y lobas para el hombre y la mujer".

Don Carlos ha explorado los medios españoles y ha apuntado estas perlas, entre otras muchas:

  • "Esperamos que ojalá el equipo marque hoy muchos goles".
  • "Tenemos que empezar a iniciar un proceso político".
  • "Para intentar llegar a conseguir un acuerdo".
  • "Los jugadores han preferido entrenarse en su campo de concentración".
  • "La ilegalización de Batasuna fue por unanimidad de todos los miembros del Tribunal".
  •  [Para paliar el problema del agua en Córdoba, la ministra ha prometido] "obras de emergencia de carácter urgente".
  • "Cerca de un centenar de muertos han perdido la vida en una serie de sangrientos atentados".
  • "Camila y Carlos de Inglaterra probaron personalmente algunos manjares que les sirvieron".
  • "La sociedad en su conjunto".

Don Carlos se extiende por una amplia crítica a la descuidada prosodia que caracteriza a muchos hombres públicos. Habrá que volver sobre ello. Mi agradecimiento por el amor que muestra don Carlos a su lengua.

Luis Coleto Martínez se refiere a una inútil redundancia de los políticos: "perspectivas de futuro". Se pregunta don Luis: "¿Hay algunas perspectivas de pasado?". Tiene razón, pero a veces son necesarias las figuras retóricas (en ese caso un pleonasmo) para dar más fuerza a la frase. La condición es que el autor de tales atrevimientos sea consciente de que recurre a la retórica.

Enrique manifiesta que "como accionista, el BSCH me ofrece la posibilidad de reinvertir los dividendos. Además de otras ventajas, el folleto indica que usted entrará automáticamente a formar parte de un sorteo. ¿Formo yo parte del sorteo?". Es evidente que no. Don Enrique no es sorteado, sino que participa en un sorteo y, por tanto, puede beneficiarse de tal promoción. Ese imperio financiero que es el BSCH debería cuidar un poco más la redacción de sus folletos. Me pregunto si la hueste de sus empleados cuenta con algún gramático o cosa parecida.

Félix Elipe matiza un comentario de Luis Gómez Bueno sobre los hispanismos del japonés. Asegura don Félix que caruta en japonés significa carta, pero la de la baraja, seguramente una importación a través de los portugueses. Por otro lado, pan no solo significa "pan" sino todos los productos de panadería y bollería. Aclarado queda. Da gusto tener niponistas (¿se dice así?) en el plantel de libertarios.

Carlos Iradier me cuenta que, durante su estadía en el estado de Zulia (Venezuela) percibió el uso del "voseo": "vos sabéis comer". Otra cosa. Don Carlos se lamenta del gesto que llama "comillas volantes". Es el de "levantar los ambos brazos, a la vez que se agitan los dedos índice y medio" para destacar alguna palabra o frase. Estoy de acuerdo con él en que se trata de un vil mimetismo del lenguaje corporal de los yanquis. En español tenemos recursos de entonación suficientes como para no tener que prodigar ese gesto entre cómico y estúpido. Mi experiencia me dice que ese gesto lo hacen mucho las personas que desean llamar la atención al ser muy poca cosa. Son también las que dicen mucho lo de "estamos hablando" y las que anteponen el "yo" a todos los verbos en primera persona. Me quedo boquiabierto escuchándolas. Quisiera ser como ellas, pero no me atrevo. Aun así, debo reconocer que yo también claudico a veces y paso a dibujar en el aire las dichosas comillas.

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