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Antonio Golmar

Samuelson rehabilita a Hitler

El resultado es que de los cinco millones y medio de parados alemanes menos entre 1933 y 1939, aproximadamente el 60% corresponde a personas a las que el Estado simplemente privó de su derecho a ganarse la vida ofreciéndoles a cambio una muerte segura.

Todo vale a la hora de defender la explosión de gasto público. Incluso rescatar el nazismo. No lo digo yo, sino Paul A. Samuelson, un socialdemócrata dispuesto a lo que sea con tal de justificar el déficit y enterrar "los envenenados legados" de Friedman y Hayek.

En su último artículo, Recuerden a los que frenaron la recuperación estadounidense, el premio Nobel de economía lamenta que Obama no haya ido más lejos y ataca la ideología conservadora (léase liberal), la cual "tiene permiso para dejar de lado la sensatez". Entre otras cosas, rechaza las bajadas de impuestos y nos recuerda los "ejemplos de mejoras en la economía real que tuvieron su origen en el gasto público: Estados Unidos después de 1940... e incluso la Alemania de Hitler". Aunque admite que "en esos casos la fuerza impulsora era el gasto militar", piensa que "no hay ningún motivo económico por el que el gasto en obras públicas pacíficas tendría que funcionar de un modo distinto". Mentira.

El pasado mes de octubre, Samuelson iba más allá y se preguntaba cómo se las habían apañado Roosevelt y Hitler para "restaurar casi el pleno empleo" en 1939. "El enorme gasto deficitario que aumentó la deuda pública". Otra mentira.

En 1939, el desempleo en los Estados Unidos se situó en el 15%, lejos de lo que cualquier economista cabal consideraría pleno empleo. En cuanto a Alemania, la espectacular bajada del paro entre 1933 y 1935 se debió no tanto a las contrataciones del Servicio Nacional de Trabajo para la realización de obras públicas como a la expulsión, primero del mercado de trabajo y luego de las estadísticas, de mujeres y judíos. El Tercer Reich gastó mucho en obras públicas pacíficas, pero incluso ellos sabían que esas medidas serían insuficientes. Por desgracia, Samuelson continúa en la inopia.

El aumento en el gasto militar se produjo después y se saldó con otro fracaso. Entre 1936 y 1937 el desempleo se redujo bastante menos que en el bienio anterior debido a que la proporción de trabajadores no libres en la población activa se multiplicó. Eso sí, el nivel de endeudamiento del país alcanzó cotas casi insostenibles. Gasto inútil y además inmoral, aunque quizá a Samuelson no se lo parezca. Hitler y los suyos se dedicaron entonces a aumentar los ingresos del Estado perfeccionando los métodos de expoliación de los judíos y de confiscación de la propiedad privada en general. Por si esto fuera poco, más de un millón de jóvenes fueron obligados a alistarse en las fuerzas armadas.

El resultado es que de los cinco millones y medio de parados alemanes menos entre 1933 y 1939, aproximadamente el 60% corresponde a personas a las que el Estado simplemente privó de su derecho a ganarse la vida ofreciéndoles a cambio una muerte segura. Más de la mitad de ellas por medios que Samuelson calificaría de "pacíficos", pues al menos hasta 1940 no fueron aprovechadas por la industria militar.

En los últimos meses, distintos analistas y políticos de izquierdas vienen acusando a los liberales, a quienes amalgaman con los conservadores compasivos de Bush y demás malas hierbas del social-derechismo, de no tener corazón y de haber perdido la cabeza. Como diría Hitler, "mira quién fue a hablar".

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