Elena Tablada continúa sin hacer grandes comentarios sobre su reciente separación de David Bisbal. A pesar de estar atravesando un delicado momento personal, es muy joven e intenta hacer una vida normal, como cualquier persona de su edad. Sus salidas han sido siempre muy discretas, acompañada de su círculo de amistades o sola.
El pasado fin de semana estuvo en Marbella, donde ha sido fotografiada. Me cuenta gente de su entorno familiar que le ha dado lo mismo, no se esconde porque no tiene razón alguna para hacerlo.
Dentro de unos días Elena y David, se van a ver las caras porque tienen mucho que negociar, por el bien de su hija Ella. Nunca llegaron a casarse pero tienen que llegar a acuerdos económicos, como la manutención de la niña, entre otros.
Estos días puede ser un buen momento, ya que David acaba de regresar a España, después de hacer un pequeño recorrido por Méjico y Venezuela, donde ha vuelto a cosechar un éxito arrollador.
Elena, desde que decidieron separase, continúa buscando casa para trasladarse a vivir con su hija, ese es otro de los puntos que tienen que resolver, ya que el chalet donde la pareja vivía en una urbanización a las afueras está escriturada a nombre del hermano del cantante. El mismo que, según se cuenta, es el causante de la separación de la pareja, porque temía que Elena pretendiera la fortuna amasada por el artista durante estos años.
Pero ahí no acaban los problemas, y va necesitar mucho tiempo para resolverlos, ya que ha interpuesto un rosario de demandas, con el propósito de defender su intimidad. Una contra la tata que cuidaba de la niña, por desvelar detalles de su vida doméstica; otra contra la productora que la contrató y una más contra Alejandro Lequio, por los comentarios vertidos en el programa en que trabaja, que los considera difamatorios.