El divorcio de la actriz esta siendo uno de los más duros del panorama social. No ha podido llegar a ningún acuerdo con el que fuera su marido durante años y padre de sus hijos, Alberto Martín, y su única relación es a través de abogados. El arquitecto acaba de ganar otra demanda interpuesta a Lydia Bosch por el estado en que dejó la casa, que a día de hoy tienen en común.
Están obligados a compartir la vivienda familiar por temporadas, una situación bastante pintoresca, y sobre todo incómoda, ya que cada uno tiene que regresar a ella cada seis meses. Así lo han decidido los jueces. Lejos de llegar a acuerdos por el bien de todos y pensando en el bienestar de sus hijos, la intérprete y su exmarido no cesan de ponerse demandas que, hasta el día de hoy, va ganando el arquitecto.
No entiendo que, por muy mal que haya podido terminar un matrimonio, cuando te toca el turno de abandonar la casa para regresar al cabo de unos meses tengas que llevarte hasta los embellecedores de los enchufes... Son ganas de rizar el rizo, como se dice vulgarmente. Ese hecho y otros mas han provocado nuevas denuncias, nuevos costes en abogados y, sobre todo, alimentar una pelea absurda, cuando lo normal seria llegar a un acuerdo para vender esa propiedad y que cada uno viva donde pueda, de manera permanente y dejar de hacer mudanzas cada cierto tiempo.
Ninguno de los dos se ha pronunciado hasta el momento, pero lo que está muy claro es que no tienen ni las más minima intención de solucionar el problema y que lógicamente les tiene que tener amargados.
Alberto Martín en su momento declaró que, por si él fuera, la casa se vendería, se repartirían el dinero y así se zanjaría el tema. Pero tal y como está el inmueble es imposible enseñarla a posibles compradores para su venta por el estado de deterioro en el que se encuentra. Por eso no ha tenido mas remedio que presentar una denuncia y la juez ha dictaminado que la actriz vuelva a amueblarla en un periodo de quince días.
Una pelea que, si las cosas se hicieran con cabeza, se podrían evitar.