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EDITORIAL

ETA se reafirma en sus posturas

Incapaz de enfrentarse a la banda terrorista, el único argumento que le queda a Zapatero ante ella sobre la mesa de negociación es hacerles ver que con el PP les iría peor, lo cual seguramente sea cierto.

El comunicado que hace días esperaba el Gobierno por parte de ETA ha llegado en un largo mensaje de doce páginas en su diario oficioso, pero con un mensaje central que es el mismo que ha mantenido desde el anuncio del llamado alto el fuego permanente. Por un lado la banda asesina mantiene intactos sus objetivos, que son la autodeterminación como paso previo a la secesión y la anexión de Navarra. Y por otro mantiene intactos sus métodos: como demostró el pasado 30 de diciembre y dejó claro desde los dos comunicados del anuncio del llamado "proceso", está dispuesta a recurrir al crimen para obtener sus objetivos políticos.

La manera en que, con estos elementos, José Luis Rodríguez Zapatero ha tenido el cuajo de decir que estamos ante un "proceso de paz" queda para la historia de la impostura. Es un proceso político en el que la paz queda como el nombre que ETA le da a su chantaje y el Gobierno a su principal argumento, además de la recuperación del odio histórico, para las próximas elecciones generales. Es una paz sin el concurso de las víctimas, que se convierten en un estorbo.

ETA exige al Gobierno que cumpla "los acuerdos alcanzados en la mesa de negociación" sin aclarar cuáles son. Pero sí dice que Zapatero tendrá que cumplirlos si no quiere dar al traste con un proceso que lleve a la "paz" tal como la entienden ellos, es decir, con la secesión y la anexión de Navarra. Es decir, y como dice la propia banda, que los compromisos de Zapatero con ETA no se limitan a la excarcelación de De Juana, que califican como un "gesto".

Ya que no es el cumplimiento de los acuerdos con ETA por parte de Zapatero, ¿qué explica que la banda se jacte de que "vemos más cerca que hace unos años un Estado independiente"? Bien podría ser la propia debilidad del Gobierno. Pues, más allá del contenido concreto de esta múltiple declaración de la banda criminal, lo que trasluce la autoentrevista es una chulería y un carácter desafiante a Zapatero que se manifiesta, por ejemplo, en la confianza de que éste volverá a poner al Estado contra la ley para permitir que ETA se presente a las elecciones con cualquier marca de Batasuna. Una fortaleza que contrasta con la debilidad, moral como política, del Gobierno en este asunto. Incapaz de enfrentarse a la banda terrorista, el único argumento que le queda a Zapatero ante ella sobre la mesa de negociación es hacerles ver que con el PP les iría peor, lo cual seguramente sea cierto.

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