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EDITORIAL

La Sexta prueba su propia medicina

Algunos verán en lo sucedido en Sol el domingo, más que un 'suceso médico', un hecho de justicia poética.

Los sedicentes indignados del 15-M recibieron en la noche del domingo a los periodistas e invitados de La Sexta con una hostilidad que dejó perplejos a todos los presentes en el plató improvisado por la cadena podemita en la Puerta del Sol.

La televisión que más ha promocionado a los antisistema tal vez esperaba algo de agradecimiento. Ciertamente, La Sexta no ha escatimado esfuerzos para vender a un partido neocomunista con las peores conexiones internacionales como una fuerza política modélica. Sin embargo, quienes acudieron a Sol el domingo actuaron como corresponde a grupúsculos de tal calaña y, lejos de comportarse como un coro obediente, se dedicaron a boicotear la emisión de la cadena.

No sólo La Sexta estuvo en el punto de mira de los congregados. También el inefable Íñigo Errejón recibió su dura ración de insultos y abucheos por parte de quienes no estaban dispuestos ser meros comparsas del show sextario. Las protestas y abucheos del público convirtieron un programa que pretendía ser un homenaje al supuestamente virtuoso movimiento 15-M en un espectáculo bochornoso, que no dejó, por otra parte, de ser un retrato bastante certero de los unos y los otros, que tanto tienen en común.

Incapaces de la menor autocrítica, desde la cadena izquierdista seguían afirmando el lunes que la lluvia de insultos a sus periodistas e invitados había sido un hecho puntual protagonizado por una minoría de revoltosos. Aunque los pongan en el punto de mira, los multimillonarios aprendices de brujo mediático que han jugado a hacer respetable a un partido ultra de estirpe chavista siguen defendiendo que su actuación ha sido en todo momento un dechado de virtudes periodísticas. Cosas de la ceguera voluntaria.

El canal podemita por antonomasia recibió el domingo una ración de la medicina que tantos han padecido durante estos años, medicina cuyas propiedades han saludado con gran entusiasmo en esa casa, por otro lado tan mimada por el Gobierno del PP, partido que representa todo lo que detestan Podemos y los propios ideólogos de La Sexta. Cosas de la política de la peor estofa.

Algunos verán en lo sucedido en Sol el domingo, más que un suceso médico, un hecho de justicia poética. A ver si ahora Ferreras y su tropa dedican más atención e interés a los señalados y acosados por los indignados liberticidas, que de héroes no tienen absolutamente nada.

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