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EDITORIAL

Míreme a los ojos

El secreto de Zapatero no consiste en echarle la culpa de todo al PP, o a empresas italianas anónimas, siempre y cuando no sean Enel, claro. Reside en pedir a su interlocutor que le mire a los ojos al decirle las cosas.

Por fin conocemos el secreto de Zapatero. Ahora ya sabemos cómo ha logrado alcanzar sus numerosos éxitos de gestión. Tras preguntárnoslo repetidamente, al fin tenemos constancia de cómo ha conseguido construir todos los años 180.000 viviendas de protección oficial, que el AVE alcance sin mayores incidentes las principales ciudades de España, contener la inflación, bajar los impuestos, la rendición de ETA, elevarnos al lugar que merecemos en el concierto de las naciones, averiguar toda la verdad del 11-M, devolvernos al corazón de Europa mediante la aprobación de la Constitución, no intervenir en las grandes empresas españolas o hacer cumplir la ley de banderas, entre otros grandes éxitos.

Su secreto no consiste en echarle la culpa de todo al PP, o a empresas italianas anónimas, siempre y cuando no sean Enel, claro. Reside en pedir a su interlocutor que le mire a los ojos al decirle las cosas. Eso, y sólo eso, nos garantizará que la Sagrada Familia no se agriete ni se derrumbe cuando se horade por debajo el túnel del AVE, ese que tantos socavones ha provocado. Lo que no se entiende es cómo no se lo explicó antes a los del Tripartito. Los habitantes del Carmel se lo hubieran agradecido.
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