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EDITORIAL

Rendirse no es combatir

Alicia Sánchez Camacho es incapaz de liderar la respuesta al nacionalismo que necesita un porcentaje importante de la opinión pública catalana.

Tan sólo un par de semanas después de pedir un gran pacto contra el avance del nacionalismo y a cinco días de la fiesta nacional del 12 de Octubre, Alicia Sánchez Camacho se ha descolgado con unas declaraciones tan desafortunadas que la propia secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, ha tenido que desmarcarse públicamente de ellas en la misma mañana.

La líder del PP en Cataluña, que recordemos llegó a su cargo en un impagable esperpento abortando a última hora un congreso abierto con varios candidatos, ha pedido que para "enfrentarse" al desafío lanzado por Mas desde la Generalidad lo mejor es… rendirse.

Así, no sólo pide una "financiación específica" al estilo del cupo vasco, sino que añade que se ha de "limitar la solidaridad" entre las distintas regiones. En resumen: la forma de luchar contra el independentismo es aceptar las dos principales reivindicaciones del independentismo en los últimos tiempos.

Cuanto menos, resulta un curioso método, pero lo peor es que no es nuevo: durante casi 40 años, el método de todos los Gobiernos de España para luchar contra la fuerza centrífuga de los nacionalismos periféricos ha sido ceder sistemáticamente a sus exigencias, especial pero no únicamente en materia económica.

Sin embargo, y aunque es evidente que Sánchez Camacho, cuya capacidad para la estrategia política es una virtud todavía a descubrir, no ha elegido el mejor momento para plantear ésta, sería injusto ignorar que lo que plantea es coherente con lo que viene defendiendo el PPC y con cómo ha planteado el presidente la repuesta al desafío secesionista: si Rajoy se reúne para negociar a escondidas con Mas, es lógico que su colega catalana quiera capitalizar el previsible acuerdo.

Capítulo aparte merece también la reacción del PSOE, que felicitaba a la popular por sumarse a su posición. Quizá esto sea cierto, pero para decir si lo es o no deberíamos saber, el propio PSOE debería saber, cuál es su posición.

Lo que sí han dejado claro estas declaraciones es que Alicia Sánchez Camacho es incapaz de liderar la respuesta al nacionalismo que necesita un porcentaje importante de la opinión pública catalana. Hoy por hoy, esa respuesta, esa alternativa pasa, sin duda alguna, por Ciutadans y por Albert Rivera, un partido y un líder que saben que al nacionalismo no se le puede derrotar a base de encadenar rendiciones.

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