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EDITORIAL

No es contra Libertad Digital, es contra la democracia

Lo que está en juego no es silenciar o atemorizar a una empresa periodística concreta, sino crear un ambiente irrespirable para todos aquellos que se atrevan a discrepar públicamente con el poder.

No es casualidad que en dos días consecutivos y en dos instituciones diferentes, ambas importantes, socios del Gobierno de Pedro Sánchez hayan cargado contra el Grupo Libertad Digital, lanzando para ello acusaciones completamente falsas.

Si en el Senado fue senador de Compromís, Enric Xavier Morera Catalá, el que señaló al presidente de Libertad Digital, Federico Jiménez Losantos, este jueves ha sido el diputado de Más Madrid en la Asamblea de la región, Emilio Delgado, el que ha cargado contra este grupo de comunicación. Y hace sólo unos días se produjo un incidente similar en el parlamento de las Islas Baleares.

Está claro, para empezar, que no pueden soportar la independencia de criterio y la firmeza en la defensa de valores que Libertad Digital y esRadio llevan muchos años demostrando, pero el problema no es que seamos un grupo de comunicación incómodo para la izquierda en el poder, que lo somos, sino que lo que incomoda a esta izquierda es la libertad misma.

Lo que está en juego no es silenciar o atemorizar a una empresa periodística concreta, cosa que por cierto no va a ocurrir, sino crear un ambiente irrespirable para todos aquellos que se atrevan a discrepar públicamente con el poder.

Es un paso más en el camino a la dictadura en el que Pedro Sánchez ya estaba y en el que ha dado un acelerón desde su amago de dimisión y el show político sentimental, en el peor estilo de las repúblicas bananeras, con el que el presidente se obsequió como primer plato de las elecciones catalanas.

Como ha ocurrido siempre, no se puede arrebatar la libertad de todo un pueblo sin amordazarlo antes, es una lección que por desgracia la historia nos ha dado muchas veces. Y eso es lo que está tratando de hacer el Gobierno con la excusa de la desinformación y los bulos, que por cierto se dedican a difundir desde el poder con una profusión asombrosa: no dicen una verdad ni por equivocación ya hablen de los incidentes en los medios de transporte, ya de las supuestas condenas de un periodista.

Algunos pensarán que estas advertencias que hacemos son una exageración, que es imposible que España deje de ser una democracia, pero este tipo de cosas no son un asunto de blanco o negro, no se es una democracia perfecta hasta un día y una dictadura total al siguiente, hay un proceso en el que se degeneran las libertades y un cambio de régimen gradual. Eso es exactamente lo que está pasando en España: la democracia es cada día más débil y vamos viendo semana tras semana cómo la presión ejercida desde el poder se hace sentir en más y más ámbitos, siempre a conveniencia de Pedro Sánchez, su partido y sus socios.

Insistimos en que el problema no es Libertad Digital, sino la democracia, pero aun así es pertinente una aclaración: si se creen que esto nos va a hacer cambiar están muy equivocados. Este es un grupo de comunicación nacido para ser independiente y para defender una serie de valores, eso hemos hecho contra viento y marea durante 25 años y eso será lo que sigamos haciendo, como mínimo, durante otros 25. Pese a quien pese, a un lado o a otro del espectro político.

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