¡Vaya movida hay en Moncloa! Desde hace días no se habla de otra cosa, no se trabaja en otra cosa. La visita el próximo 12 de junio del presidente norteamericano George W. Bush está monopolizando muchas horas de trabajo y reuniones. El presidente del Gobierno ha dado la indicación: –¡Tiene que salir perfecto! –Dicho y hecho. Se está trabajando a destajo. Nada puede salirse del guión.
Después de muchas vueltas y de muchas discusiones con los encargados de la Casa Blanca para organizar el viaje, se ha llegado a un acuerdo en la elaboración del programa. Bush, una vez aterrice en Madrid con su Air Force One, se dirigirá al Palacio de la Zarzuela para entrevistarse con el Rey don Juan Carlos. Devolución de la visita real de hace unos meses.
Y, luego de Zarzuela, a Quintos de Mora, la localidad toledana donde los Aznar han habilitado una finca del ICONA que los americanos han bautizado como el “rancho” de Aznar. Se trata del lugar que el presidente utiliza desde hace tiempo para agasajar a sus invitados. Guterres, Jospin o Blair han sido algunos de los afortunados que han pasado por allí. Una lista en la que ahora se incluirá a George W. Bush.
En Quintos de Mora habrá aire puro, paseos campestres y fotografías, muchas fotografías. También almorzarán en plena campiña toledana. Después, ya en la sobremesa, vuelta a Madrid. En esta ocasión, al Palacio de La Moncloa, donde la sorpresa está preparada. Allí, en la escalinata del edificio del Consejo, en plenos jardines monclovitas, se celebrará la esperada rueda de prensa conjunta. Dos presidentes, dos atriles, dos banderas. Rueda de prensa al más puro estilo americano.
En resumen, con la visita de Bush se prepara un espectáculo mediático, una catarata de imágenes y fotografías, sin precedentes. Pero, ¿alguien ha reparado en el contenido? ¿Alguien está trabajando en el trasfondo de una visita que dicen es muy importante? Al final, más de lo mismo. Política exterior pensando en la galería, no de puertas a dentro.
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