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Ignacio Villa

Y las campanas sonarán

no se puede olvidar que la iniciativa es un gesto de respeto y de recuerdo; y que es una forma muy elegante de tener presente lo que pasó el 11 de marzo y a sus víctimas. A todas las víctimas, no sólo las de Manjón

Se acerca en el calendario el primer aniversario del 11 de marzo. Sin duda, una fecha complicada por muchas, muchísimas razones. Desde el punto de vista político se cumple este aniversario con una incapacidad evidente del Gobierno Zapatero por reconocer la realidad de las cosas. No han querido aceptar que su llegada al poder estuvo precipitada por los atentados de Madrid y han intentado conferir normalidad a una situación que de normal no tiene nada.
 
Zapatero y su grupo parlamentario, en una actitud entre esquizofrénica e irresponsable, están dispuestos a cerrar toda investigación posible sobre el 11 de marzo. Todavía no sabemos lo que pasó, los interrogantes siguen sin resolverse; pero a los socialistas y a sus socios no les importa. Echar tierra encima y hacer desaparecer cualquier prueba que constate que aquellos atentados estaban diseñados para cambiar el Gobierno en España.
 
Desde el punto de vista humano, el primer aniversario está lleno de complicaciones. En el Partido Socialista se ha puesto en marcha hace meses una estrategia claramente diseñada. Quieren dividir a las víctimas, por un lado; y controlar a las que se han asociado bajo el 11-M, por otro. Desde el Gobierno se ha manipulado a las víctimas, se las ha utilizado, pero, por encima de todo, se ha intentado etiquetar a un colectivo bajo las propias ideas del Ejecutivo. Una aberración única e irrepetible.
 
En este contexto llama la atención la actitud de Pilar Manjón. Rompiendo la costumbre se ha implicado de lleno en la misma línea del Partido Socialista hasta tal punto que su Asociación se ha convertido en la voz del Gobierno. ¿En qué se nota? Crítica sistemática al Partido Popular y crítica al anterior Gobierno. Y en esa actitud descontrolada ahora le toca el turno a las campanas. Resulta que Manjón se queja por la iniciativa de la presidenta de la Comunidad de Madrid por la que el próximo 11 de marzo hará sonar todas las campanas de Madrid en recuerdo de las víctimas.
 
Manjón dice que no quiere campanas. No sabemos, si es porque son de las Iglesias o por que la idea ha sido de Esperanza Aguirre. Sea como fuere no se puede olvidar que la iniciativa es un gesto de respeto y de recuerdo; y que es una forma muy elegante y de tener presente lo que pasó el 11 de marzo y a sus víctimas. A todas las víctimas, no sólo las de Manjón. Y es que esa fecha es propiedad de todos los españoles. Y espero que las campanas suenen. Gusten o no.

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