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José García Domínguez

Otra torpeza del PP

Aquí, el terrorismo continúa existiendo por una única razón: porque funciona. Es útil. Altera las percepciones de la realidad y la propia realidad. Logra cambiar la política.

Entre las criaturas que han nacido para pastar, tanto da en la sabana como en el Presupuesto, suele primar la idea de que no es necesario que la cebra corra más rápido que el leopardo porque basta con que sea un poco más veloz que el resto de sus iguales. De ahí que, despavoridas de pánico como siempre que el PSOE da la orden de estampida en el rebaño, las cebras de Génova se apresurasen con tal de caer las primeras en esa pancarta que les había tendido Zapatero.

De nuevo resignadas a engañarse a sí mismas, dieron en recitar por enésima vez el sintagma-fetiche de la manida "unidad de las fuerzas democráticas para decirle a ETA..." ¿Para decirle qué? ¿Que antes de que mataran a Estacio y Palate su brazo político era legal y que tras matar a Raúl Centeno seguirá siendo legal? ¿Que De Juana ya está pensando en volver de txiquitos a partir del nueve de marzo? ¿O acaso para explicarle que yerra si cree que todo lo que ha conseguido ha sido gracias a que mató, mata y seguirá matando? Como si el hecho de que sean criminales implicase que, además, fueran idiotas.

Aquí, el terrorismo continúa existiendo por una única razón: porque funciona. Es útil. Altera las percepciones de la realidad y la propia realidad. Logra cambiar la política. Y poco a poco, con cuentagotas –de sangre–, disparo tras disparo, cadáver sobre cadáver, va alcanzando todos y cada uno de sus objetivos. Eso, lo sabe ETA igual que no lo ignoran las cándidas cebritas de todos los partidos que, ayer, se retrataron en Madrid. Y si la dirección del Partido Popular no pretendía decirle nada a ETA al alinearse detrás de esa lona estampada de buenos propósitos navideños, ¿a quién se lo quería comunicar, entonces? ¿A la sociedad, tal vez? En ese caso, ¿qué buena nueva querrían transmitirnos?

¿Que hay que sacarle las castañas del fuego a Zapatero aunque una vez se negó a derogar la resolución del Congreso que le anima a seguir dialogando con los asesinos? ¿Que hay que sacarle las castañas del fuego a Zapatero aunque en una segunda votación volvió a empecinarse en no rectificar? ¿Que hay que sacarle las castañas del fuego a Zapatero aunque por tercera vez insistiera en su afán por entenderse con ellos? ¿O que los últimos serán los primeros ya que el reino de los cielos electorales está poblado de piadosas cebras?

Mañana, al tiempo de que los propios de Bambi se lancen de nuevo sobre la yugular de Alcaraz y las víctimas, alguien nos lo debería aclarar.

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