Menú
Percival Manglano

¿El principio del fin de Carmena?

A ver con qué cara se atreve a volver a decir a los madrileños que ella ni es de Podemos ni tiene nada que ver con ellos.

A ver con qué cara se atreve a volver a decir a los madrileños que ella ni es de Podemos ni tiene nada que ver con ellos.
Manuela Carmena | YouTube

El Pleno del Ayuntamiento de Madrid celebrado este miércoles puede convertirse, con el tiempo, en el punto inflexión del Gobierno municipal de Carmena. Saltaron por los aires toda una serie de costuras de su frágil proyecto que se recompondrán con gran dificultad. Veamos cuáles son.

Primero, la cara amable que Carmena presta al proyecto de Podemos sufrió ayer un serio raspón. Esto se evidenció en varios momentos. Uno fue cuando Carmena se alineó con los intereses políticos de Podemos y votó en contra de la moción del PP por la que se pedía la solidaridad del Ayuntamiento con la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y los periodistas acosados por Podemos. Entre ponerse del lado de los acosados (los periodistas) o hacerlo del lado de los acosadores (Podemos), la alcaldesa de Madrid eligió lo segundo. A ver con qué cara se atreve a volver a decir a los madrileños que ella ni es de Podemos ni tiene nada que ver con ellos.

La portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre, aprovechó el debate sobre esta moción para arremeter contra Libertad Digital y su presidente, Federico Jiménez Losantos. Tomemos conciencia de la gravedad de este hecho: el PP presenta una moción para que Podemos deje de acosar a periodistas y la portavoz municipal aprovecha para ¡acosar a periodistas! La alcaldesa Carmena, por supuesto, ni desautorizó a su portavoz ni lo hará. Aunque quisiese (cosa que dudo mucho), Podemos no le dejaría hacerlo.

Otro momento bochornoso fue la espantada de 8 concejales (la mitad del grupo municipal de Carmena) en el momento de aprobar la declaración institucional de condena del ataque de la CUP a la sede del PP en Barcelona. Esta espantada demuestra que el proyecto de Ahora Madrid se basa, al igual que el de la CUP, en el odio. La política, para Carmena y los suyos, no es más que el vehículo para canalizar este odio. Ellos no están para gobernar. Están para utilizar los resortes administrativos que les otorga un Gobierno para dirigir su odio hacia sus odiados. Estos odiados son, ante todo, el PP y sus votantes. Pero, en el fondo, son todos aquellos que no piensan como ellos.

Un ejemplo palmario de este odio es el relativo a la aplicación de la Ley de Memoria Histórica en las calles de Madrid. El Ayuntamiento tiene ya una propuesta de cambio de nombre de 47 calles. Carmena y los suyos quisieron que se aprobase la tramitación de estos cambios sin debate. Sí, sí, ha leído Usted bien: sin debate. No querían que la oposición pudiese argumentar su oposición al cambio. Finalmente, y ante las protestas de Esperanza Aguirre, se concedió a cada grupo municipal una intervención de dos minutos (dos, sí). Animo al lector a ver el vídeo de la intervención del concejal Pedro Corral y comprobará cómo la alcaldesa le cortó sin misericordia.

Pero lo peor es que este sectarismo de Carmena no es suficiente para sus concejales. Así, los concejales de Ganemos (uno de los partidos que forman parte de la coalición de Ahora Madrid) han publicado un comunicado criticando esta lista. Cuando la política se basa en el odio y el rencor, siempre habrá quién exija más odio y más rencor.Gobierno del que forma parte. Esto lleva a que el equipo de Carmena esté completamente roto en lo que atañe a la revisión del callejero. Si ayer se hubiese votado la lista de 47 calles, lo más seguro es que los ocho que se salieron de la declaración de condena del ataque de la CUP también hubiesen votado en su contra.

Uno de ellos hubiese sido Mauricio Valiente, el tercer teniente de alcalde, líder de Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid, leninista declarado, responsable de Derechos Humanos del Ayuntamiento y, curiosamente, responsable también de dar cuenta de las iniciativas de memoria histórica. Otra de las iniciativas que el PP trajo al Pleno de ayer fue retirarle sus responsabilidades de derechos humanos. Es una broma de mal gusto que el exaltador de Lenin y defensor de Castro y el chavismo sea el responsable de defender los derechos humanos en nuestra ciudad. Pues bien, la moción salió adelante con los votos del PP, Ciudadanos y PSOE.

Es evidente que Carmena no respetará la voluntad del Pleno y mantendrá a Valiente en su puesto (de hecho, ya se ha anunciado que lo hará). Pero lo llamativo de la moción es que el PSOE votase a favor. Parecería que el advenimiento del susanato empieza ya a tener sus efectos. Es demasiado pronto para juzgar, pero no puede pasarse por alto que el PSOE se desmarcase de Carmena en una moción tan simbólica. Igual que lo hizo, por cierto, en la moción relativa al acoso de Podemos a los periodistas. Esperemos que, efectivamente, estas sean las primeras señales de un cambio de rumbo del PSOE.

En todo caso, no lancemos las campanas al vuelo. Las profundas fracturas en el proyecto de Carmena puede que se restañen conforme nos acerquemos a las próximas elecciones. La Izquierda sabe que necesita unidad para volver a gobernar en Madrid. Y el odio que les mueve es un factor aglutinador muy potente. Pero lo que muy difícilmente se podrá restaurar es la credibilidad de Carmena. Ella ha disimulado hasta ahora la radicalidad que comparte con los demás concejales. Pero cada vez es más evidente su verdadera cara. Y, además, su autoridad sobre su equipo municipal es nula. De hecho, no se le debería llamar equipo. Es una colección de facciones unida exclusivamente por su odio a la derecha.

Percival Manglano, concejal del Partido Popular del Ayuntamiento de Madrid

Temas

En España

    0
    comentarios