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Thomas Sowell

Las irrelevantes excusas de Obama

Obama ha estado restando importancia a la amenaza de Irán diciendo que es simplemente "un pequeño país", no como la Unión Soviética. La gente que empotró aviones contra el World Trade Center formaba un grupo aún más reducido que el Gobierno iraní.

Resulta sorprendente lo serios que se han puestos los medios con las últimas declaraciones del senador Barack Obama acerca de la última diatriba racista proferida desde el púlpito de la iglesia a la que ha asistido durante 20 años. Pero ni esas manifestaciones ni la disculpa emitida por quien las hizo, el Padre Michael Pfleger, importan realmente. Tampoco la tardía renuncia del Senador Obama a esa iglesia. Lo que importa en el caso de los políticos no es su retórica en año electoral, ni el abandono de una iglesia en año electoral, sino su historial en los años previos a las elecciones.

Pero tantas personas están tan fascinadas por las habilidades retóricas de Barack Obama que no se interesan por su historial de votación en el Senado norteamericano, en el Senado estatal de Illinois, las causas que a lo largo de los años ha elegido defender, o el carácter personal y los valores que revelan sus acciones y relaciones. A pesar de la inteligente maniobra de relaciones públicas de sus partidarios para evitar "la culpa por asociación," hay mucho más en juego que la vinculación casual con personas como Jeremiah Wright o el Padre Pfleger.

Además de donar 20.000 dólares de su propio bolsillo a Jeremiah Wright, como senador del estado Obama canalizó 225.000 dólares de los contribuyentes de Illinois a programas dirigidos por el Padre Pfleger. En el Senado de los Estados Unidos, Obama destinó 100.000 dólares de la recaudación federal al trabajo del Padre Pfleger. Conceder más de 300 asignaciones económicas no es una asociación meramente tenue y casual. ¿Qué nos dice más de las opiniones de Barack Obama, lo que cuenta durante un año electoral o lo que lleva décadas haciendo?

El contraste radical entre la imagen electoral de Obama como sanador de conflictos y su carrera entera dedicada a la promoción de la política de agravios de la extrema izquierda, asociado en esto a fanáticos del odio a América como Jeremiah Wright y Bill Ayers, es desdeñado por sus partidarios, que piden que nos ocupemos de "los verdaderos problemas". No hay nada más verdadero que los valores y el carácter de un hombre. El historial de lo que ha hecho de verdad es mucho más real que cualquier cosa que diga, al margen de lo elegantemente que lo haga. No hay ningún cargo para el cual el carácter y los valores de la persona importen más que el de Presidente de los Estados Unidos. En sus manos están el destino de 300 millones de americanos y el de las generaciones aún no nacidas.

Nunca fue eso más cierto que hoy, con Irán cada vez más cerca de una bomba nuclear mientras las Naciones Unidas se cruza de brazos y el Congreso agota sus sesiones discutiendo asuntos como los esteroides en los deportes a las partidas económicas destinadas a pequeños proyectos en las circunscripciones de los congresistas. ¿Alguien está considerando seriamente lo que significaría para Irán tener armas nucleares? Ya están abasteciendo a terroristas de los medios para matar gente en otros países, incluyendo el asesinato de tropas americanas en Irak.

El senador Obama ha estado restando importancia a la amenaza de Irán diciendo que es simplemente "un pequeño país", no como la Unión Soviética. La gente que empotró aviones contra el World Trade Center formaba un grupo aún más reducido que el Gobierno iraní. Media docena de terroristas con armas nucleares constituye un peligro mayor de lo que supuso nunca la Unión Soviética, porque los líderes soviéticos no eran terroristas suicidas. Podían ser disuadidos por la amenaza de lo que haríamos a Moscú si ellos atacaban Nueva York. En cambio, no se puede disuadir a fanáticos suicidas. No pararán a menos que los paremos, y eso no lo logrará la retórica.

No sólo el senador Obama, sino demasiados americanos más parecen no tener idea del odio virulento que puede llevar a la gente a destruir sus propias vidas con el fin de atacar a otros. Pero los terroristas han hecho esto en muchas ocasiones, no solamente en Irak y en Israel, sino también en otros países de todo el mundo, inclusive Estados Unidos el 11 de Septiembre.

¿Ya se nos ha olvidado cómo los palestinos celebraban alegremente por la calle la noticia del ataque contra el World Trade Center? ¿O cómo las grabaciones de decapitaciones sádicas de inocentes por parte de terroristas han encontrado una audiencia diligente en Oriente Medio?  ¿Vamos a dejar que nuestros hijos sean rehenes de sádicos llenos de odio pertrechados de armas nucleares? ¿Vamos a confiar en la retórica de Barack Obama para protegerles?

La política exterior del senador Obama parece encontrarse en algún punto entre el "¿no podemos simplemente pasar página?" de Rodney King y el "¿preocupado, yo?" de Alfred E. Neuman.

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