Menú
Víctor Llano

El coma del "coma"

Lástima que García Sabrido no nos cuente qué es lo que sabe del coma del "coma". Él está a lo que está. Lo que sí podría pedirles a sus amigos castristas es que no calumniaran a la presidenta de la Comunidad de la que cobra.

Tiene miedo. Ya no saben qué inventar para acallar los rumores que aseguran que Fidel Castro no responde. Pero pierden el tiempo. La penúltima trola de Hugo Chávez no anulará la esperanza. Tras asegurar que lo que queda del Monstruo de Birán no volverá a aparecerse a sus víctimas, dice ahora que hace una semana, unos ocho o diez días, le envió una carta. Como está como una regadera no alcanza a cuadrar las fechas. Según su propia patraña, cuando aseguró que no volveríamos a ver vivo a su padrino ya habría recibido la carta de la que entonces no habló. La carta no existe. A fecha de hoy todos los datos apuntan a que se va para siempre el asesino en serie que nunca tendría que haber llegado.

Lástima que García Sabrido no nos cuente qué es lo que sabe del coma del "coma". Él está a lo que está. Lo que sí podría pedirles a sus amigos castristas es que no calumniaran a la presidenta de la Comunidad de la que cobra. Pocos meses después de pedirle medicinas a Esperanza Aguirre con intención de impedir lo que no impidieron ni los fármacos madrileños ni la sabiduría del cirujano del Gregorio Marañón, ahora la acusan de recibir dinero de una mafia de la que según ellos es portavoz. Será que ya no les sirven las medicinas que le pidieron. Es lo que tiene el coma.

Regrese o no de la pesadilla que muchos consideran irreversible, lo cierto es que Castro podría presumir de haber enseñado a sus herederos a calumniar a los que jamás se conformaron con sus crímenes. No por gusto odian a Esperanza Aguirre. Fue la primera que en España denunció su barbarie y no despreció el sufrimiento de sus víctimas. Les consta a los correveidiles de Zapatero que el viernes simularon en La Habana que creían en las promesas de los que jamás reconocerán que no son más que verdugos al servicio de una tiranía que con un poco de suerte está cerca de desaparecer.

Y es que algo temen los herederos de Fidel Castro. Sólo así se entiende el secreto que guarda García Sabrido. Dicen que en Argentina le robaron el ordenador. Nunca se sabe lo que puede guardar un disco duro. Tal vez nada. O quizás casi todo. Lo que sí parece es que al cirujano madrileño le gusta mucho viajar. ¿Le concederán un enésimo permiso para despedirse de su amigo? Donde no coincidiremos con él será enla concentraciónque han convocado en Madrid los que desde España confían en que lo del coma no se quede en el penúltimo chisme.

En Internacional

    0
    comentarios