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Arturo Quirantes

LSSI: Primer mes de campaña

Queda poquito para el doce de noviembre. Cuando llegue, la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI) llevará ya un mes de vigencia. ¿Y cómo van las cosas? Como en botica, ha habido de todo.

Para empezar, y según el último listado de www.kriptopolis.com, unas cuatrocuentas páginas se han retirado voluntariamente del ciberespacio español. El motivo es siempre el mismo: inseguridad, temor a las sanciones ... y asombro porque una ley de comercio electrónico se extiende a prácticamente todo bit que circular por ahí.

Como era de esperar, muchos internautas –este que escribe, entre ellos– hemos levantado nuestra voz en contra. Eso no es una sorpresa. Lo que sí puede resultar curioso es que la Asociación Española de Comercio Electrónico (AECE) esté también protestando, porque quieren enviar spam a lo grande y la ley no les deja. Puesto que los internautas, por su parte, no quieren ni oír hablar del spam, ya se imaginarán ustedes el panorama que se les presenta en el MCYT. Para liar más las cosas, ahora ha salido una nueva Directiva Europea, que según Sánchez Almeida obligará a modificar la LSSI cuando la tinta aún no se ha secado. No me gustaría estar en el pellejo del sucesor de Adsuara en este asunto.

Tampoco pintan mejor las cosas en el asunto de la retención de datos. Ahora se sugiere que en vez de un año, se guardarán solamente los datos de tráfico de seis meses. Claro que el Ministerio del Interior, a quien no parece preocuparle el hecho de tratar a todos los ciudadanos como sujetos en libertad provisional, dice que ni hablar, que con seis meses no hacen nada. Mientras tanto, nadie nos aclara dónde pone que los ciudadanos podamos estar sometidos a vigilancia preventiva, sin motivo, sin investigación penal y a escala masiva. Luego se extrañarán que ONG y entidades de prestigio como la EPIC y Stop1984.com se hagan eco de la polémica, y hasta en la CNN se pregunten qué pasa por aquí. Que le hagan una entrevista a Vinton Cerf, flamante premio Príncipe de Asturias, quien ya ha declarado que la LSSI viola los derechos humanos. No sé, pero a lo mejor el hecho de ser uno de los papás de Internet le da autoridad para hablar del tema.

Y fuera del ámbito de la LSSI propiamente hablando, la llamada Sociedad de la Información ha estado muy entretenida. ¿Por dónde empiezo? ¿Por los intentos del INE de vender datos del censo con el eufemístico título de “censo promocional”? ¿O por la hipocresía sin parangón de Terra, que de un plumazo elimina un servicio de páginas personales gratuitas con la excusa de que así lucha contra la pornografía infantil? Podemos hablar del reconocimiento de Piqué de que el Plan Info XXI ha sido un fracaso, y que hay que empezar otra vez (su receta: una “comisión para impulsar la Sociedad de la Información”, y una sutil alusión a que ahora sean las industrias las que se rasquen el bolsillo).

Quizá podríamos comentar la nueva campaña para fomentar el comercio electrónico, donde se entremezclan mensajes de tipo sexual en una página que muy sintomáticamente tiene un dominio punto com, y donde aparentemente se han fundido cincuenta kilos de los de antes. O quizá lo dejamos para mejor ocasión. Claro que antes tendría que comentarles la sentencia del caso Deutsche Bank, donde tres directivos se sentaban en el banquillo por violación de la privacidad de un empleado. Y me olvidaba de la última pifia telemática de Iberia, que mientras presume de aerolínea de bandera tuvo sus sistemas informáticos en coma durante casi un día entero.

Pero tendré que hacerlo en mejor ocasión. Porque yo me largo. No, que no se asusten mis fieles lectores (tranqui, Montse). Sencillamente, me pondré en huelga de bits caídos durante veinticuatro horas. No creo que salir de Internet sea la solución adecuada para protestar contra la LSSI, porque a fin de cuentas es nuestra, y nadie nos echa de nuestra propia casa. Pero algo hay que hacer. Así que, durante las últimas semanas, he hecho campaña en todos los foros que he encontrado en favor de una jornada de webs caídas una vez al mes. No pretendo adjudicarme la originalidad de esta idea, pero creo que he sido el primero en proponerla públicamente, así que permítanme esta pequeña vanagloria.

A partir de ahora, cada día 12, todas mis páginas web estará cerradas. Si se pasan por mi Taller de Criptografía, no encontrarán nada, salvo un Manifiesto en contra de la LSSI. No me escriban ese día, porque tardarán un día entero en recibir respuesta. De hecho, si quieren un consejo, aléjense de la Red el día 12. Demuestren que la LSSI les preocupa. No sé cuántas webs secundarán esta huelga, pero espero que sean muchas. A ver si, entre todos, mostramos al señor Piqué y equipo que la confianza no se logra con campañas publicitarias.

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