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EDITORIAL

Bermejo, ese admirador de Chávez

No nos cabe duda de que el Gobierno está deseando repetir en nuestro país la "experiencia democrática venezolana" que tanto demuestran admirar, pero deberían disimularlo más, no sea que incluso a sus defensores más ardientes se les acaben las excusas.

El ministro de Justicia, nada más y nada menos, el sin par Fernández Bermejo, ha amenazado con "controlar" a los medios que no aceptan porque sí la versión oficial de la autoría de los atentados del 11-M. Estas gravísimas declaraciones se unen a otras muchas realizadas desde el Ejecutivo, como las que hiciera Moraleda asegurando que "vigilaría" qué periodistas quedaban infectados por "el veneno del PP", porque éste hacía mucho daño "a la democracia", que es la manera totalitaria con que el PSOE se identifica a sí mismo con las libertades que disfrutamos en este país, parece que muy a su pesar.

No nos cabe duda de que el Gobierno está deseando repetir en nuestro país la "experiencia democrática venezolana" que tanto demuestran admirar, pero deberían disimularlo más, no sea que incluso a sus defensores más ardientes se les acaben las excusas. Que un Gobierno socialista proteste por los "grupos de presión" y "poderes fácticos" de la prensa, tras décadas de favorecer, precisamente, al "poder fáctico fácilmente reconocible", suena a chiste. Pero que amenace con poner controles a los periódicos y cadenas radiofónicas que cometen la osadía de toserle, porque televisiones no hay ninguna, rebasa una línea que ningún gobernante debe traspasar y permanecer en su cargo, a no ser que se le haya puesto en él precisamente para que haga declaraciones como ésta.

Cabe preguntarse dónde están quienes dicen representar a la profesión periodística ante tan graves amenazas a la libertad de expresión. Porque no tiene justificación que no hayan salido ya a censurar las palabras del ministro, por muy ocupados que estén dándole premios a Polanco.

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