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Michelle Malkin

El dinero maloliente de los Clinton

¿Dinero de dudosa procedencia? ¿En el partido de las "campañas limpias"? ¡No, que va!

Hay un detalle peculiar en el comportamiento del farisaico colectivo por la reforma de la financiación de las campañas electorales. Siempre que el hedor a dinero sucio empieza a emanar de las arcas del Partido Demócrata, los fanáticos de las elecciones limpias desaparecen como por encanto. Arman grandes escándalos con los donantes norteamericanos del mundo empresarial, pero cuando son oscuros operativos extranjeros los que inyectan dinero en efectivo en nuestro sistema electoral, sólo escuchará el ensordecedor chirrido de los grillos.

Hillary y Bill Clinton se han declarado "estupefactos" ante las revelaciones acerca de uno de los misteriosos intermediarios adinerados que donan al Partido Demócrata, Norman Hsu, natural de Hong Kong. Hsu, prodigioso donante demócrata, fue detenido por haber violado la ley durante quince años, los transcurridos desde que se le acusó de varios delitos de estafa a gran escala. Hsu no se defendió de las acusaciones y se suponía que debía cumplir pena de cárcel. En vez de eso, logró seguir viviendo en libertad mientras recaudaba cientos de miles de dólares para candidatos y cargos públicos demócratas y posaba en fotografías con personas como Hillary Clinton.

Según el blogger de investigación Flip Pidot, que indagó en los registros públicos e hizo números, Clinton se llevó la parte del león  (174.000 dólares) de las donaciones políticas de Hsu y su sospechosa red de donantes, personas cuyos cheques para las campañas son demasiado grandes para sus ingresos. El fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo, y el gobernador de Nueva York (y anterior fiscal general), Eliot Spitzer, aceptaron las sumas más elevadas de dinero en efectivo procedente de Hsu. Pidot informó de los siguientes datos:

Entre partidos estatales, comités de campaña y grupos de presión, el Comité de Campaña Demócrata al Senado encabezaba la lista, con 122.000 dólares, aunque tres partidos demócratas estatales o comités (Tennessee, Nueva York y Nueva Jersey) se llevaron más dinero directamente de Hsu. De las 32 organizaciones que recibieron dinero de Hsu y sus socios, 10 eran partidos demócratas estatales y otros muchos eran comités de campaña Demócratas.

Los 84 particulares que recibieron dinero de Hsu y sus socios incluyen a 17 candidatos a gobernador, 17 candidatos al Congreso, 27 candidatos al Senado, y un amplio abanico de candidatos estatales y locales. Todos eran demócratas, a excepción de Tom Gallagher, un funcionario de cuentas de Florida que intentó infructuosamente ganar las primarias frente a Charlie Crist para presentarse como candidato a gobernador en 2006. Incluyendo a los candidatos concretos de comités de acción política, estos particulares han recibido más de un millón de dólares del grupo de Hsu desde el período electoral del 2004.

El ex presidente Clinton, que abandonó la Casa Blanca hundido hasta las orejas en escándalos por la  financiación de sus campañas, aseguró a Newsday: "Me dejó estupefacto, especialmente cuando escuché que la gente de Los Ángeles supuestamente le había estado buscando durante quince años, siendo como era un hombre público".  ¿Dinero de dudosa procedencia? ¿En el partido de las "campañas limpias"? ¡No, que va! La verdad duele. El complot de los donantes trae reminiscencias del Chinagate: donantes cuestionables, exitosos embaucadores y falsas alegaciones de ignorancia y sorpresa por parte de los Clinton.

Mientras las huestes de la reforma de la financiación de las campañas electorales se esconden bajo la mesa como gallinas, hay un grupo que sí está armando barullo. Funcionando como un reloj, los grupos asiático-americanos fueron los primeros en salir a protestar por el escrutinio público de los donantes extranjeros. Sí, esto ya lo hemos visto antes. "Sería completamente inapropiado vincular esto en cualquier sentido a las investigaciones de la campaña electoral del 96 solamente porque ambas implican a asiático-americanos", declaraba a Politico.com Lawrence Barcella, abogado de Hsu y destacado donante de Hillary Clinton y otros demócratas.

Pues no. Los relacionamos porque ambos implican a los cobardes Clinton, que, como si fuera la marca de la casa, vuelven a padecer de una gran falta de interés por la procedencia de los fondos tanto de los grandes donantes y como de las redes de generosos contribuyentes de muy escasos medios.

La directora ejecutiva del Fondo Asiático Americano de Defensa Legal y Educación en Nueva York, Margaret Fung, una voz destacada que se dedicó a denigrar hasta la última noticia en prensa sobre el delincuente convicto por la financiación ilegal de campañas electorales durante los años 90, John Huang, volvió a sacar a pasear las antiguas pancartas: "Vincular a Norman Hsu y la familia Paw con otros donantes americanos en campañas anteriores, únicamente a causa de su raza, es insinuar que los asiático-americanos son más dados a realizar donaciones ilegales y que lo llevan haciendo durante años. ¿Por qué esta obsesión con los donantes asiático americanos?"

¿Por qué esta obsesión estúpida con alegar racismo y revolcarse en agravios étnicos colectivos? No tiene que ver con donantes "asiático americanos". Tiene que ver con violaciones de la ley y donantes fugitivos de un amplio abanico de razas y procedencias. Tiene que ver con las maniobras de despiste, la corrupción de las campañas y los dobles raseros sistemáticos de los Clinton y el resto de los demócratas. Un dicho chino reza: "Cuando bebas agua, piensa siempre en la fuente".

Examinar el pozo envenenado no es "racismo". Es el deber de una república responsable.

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