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José Vilas Nogueira

Soplidos de España

El guipuzcoano no discurre sobre el Estado en abstracto o en general, sino sobre el Estado español. Pero si España se la sopla, ¿por qué le preocupa el Estado español?

Don Fernando Savater es profesor de ética y famoso intelectual progresista. Gusta también de ir de enfant terrible. Pero ¡para juegos de esprit están el país y los tiempos! Además, los juegos de nuestro querido profesor y articulista suele quedarse en bellaquerías de casero o en groserías de adolescente. Sin embargo, hombre progresista como se ha dicho, no vacila en elevarnos a su altura ética y, con impagable magisterio, una y otra vez nos transmite los sentimientos que le inspira España. La idea de España se la sopla, ha dicho hace dos o tres días. Hace algunos meses, había dicho que España se la sudaba, de lo que quizá se pueda colegir que ambas expresiones son equivalentes, conclusión probablemente carente de interés filosófico, pero de gran utilidad filológica. Es la ventaja de frecuentar a los grandes maestros; siempre aprendes algo.

No seré yo quien critique estas efusiones de Savater ante la idea de España, pues de gustibus non est disputandum. Pero de la oportunidad de exhibirlos en ciertas situaciones y momentos sí que cabe discutir. El profesor donostiarra es uno de los principales propagandistas del proyecto de un nuevo partido, UPD (Unidad, Progreso y Democracia, creo que se llama por nombre completo), que encabeza doña Rosa Díez. Y en mi percepción, que yo reputaba generalizada aunque con un par de intervenciones más de este propagandista dejará de serlo, la principal determinación de la señora promotora era oponerse a la liquidación de España, conclusión inevitable de la permanencia de Zapatero en el poder. E indiferente es que la liquidación sea querida o no pues, como ha subrayado a otros propósitos algún otrora padre de la patria y ahora ahijado de las plutocracias latinoamericanas, la gravedad de los efectos colaterales es independiente de la deliberación (claro, por eso son colaterales). Ante la inoportuna insistencia de don Fernando en mostrar su disgusto por la idea de España, no hace falta ser muy desconfiado para maliciarse si no se ha metido en UPD para reventar el proyecto. Desde luego, si yo fuese hermano de esta nueva cofradía, no las tendría todas conmigo.

Según Savater, a él lo que le interesa es el Estado, que quiere "fuerte" e "igualitario". Tras la etiqueta progresista, ¿nos hallaremos ante un secuaz de Hegel? La verdad, no me imagino a don Fernando extraviándose por las prusianas planicies del espíritu absoluto, tan ajenas a los éticos (y étnicos) riscos nativos. No; el guipuzcoano no discurre sobre el Estado en abstracto o en general, sino sobre el Estado español. Pero si España se la sopla, ¿por qué le preocupa el Estado español? Si "España es una "entidad metafísica", dicho con indisimulada intención peyorativa, ¿qué justifica un Estado español, y no cuatro o cinco diferentes; o ninguno: el norte podría ser para Francia, el sur para Marruecos, el oeste para Portugal y el este para Italia?

"España será lo que los españoles quieran", concluyó con resolución apabullante el filósofo. ¿Y qué querrán los españoles? Supongamos que, siguiendo su esclarecido ejemplo, a la mayor parte de los españoles España se la sople o se la sude. España no será nada, entonces. Tantas músicas y un nuevo partido para eso. ¡Vamos, anda!, que diría un castizo. Sugiero a don Fernando que pruebe de nuevo; con algún pote menos y alguna reflexión más.

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