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EDITORIAL

Zapatero y Chávez vuelven a las andadas

No sólo las diatribas de Chávez, sino también las del ex dictador y presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, merecerían la más inmediata llamada a consultas de nuestros respectivos embajadores. Pero ¿cabe esperarlo de un gobierno como el de Zapatero?

No hay que extrañarse de que Hugo Chávez no haya querido incluir "al actual Gobierno" de España en sus descalificaciones y diatribas contra las empresas españolas y contra el ex presidente José María Aznar, que el ex golpista y liberticida presidente venezolano sí ha extendido contra nuestro Rey, al que despectivamente ha equiparado con un "toro" y al que ha hecho destinatario de las mismas calumnias lanzadas contra Aznar.

Al fin y al cabo, Hugo Chávez no ha hecho en la Cumbre Iberoamericana sino reproducir las mismas calumnias que, contra el ex presidente Aznar, ya lanzara el actual ministro de Exteriores de nuestro país, Miguel Ángel Moratinos, en TVE, con ocasión de la visita a Madrid del caudillo venezolano a finales de 2004.

Para los que estamos convencidos de que Zapatero jamás habría pedido "respeto" a Hugo Chávez en el caso de no estar acompañado por el Rey, no nos debe sorprender que la reacción de su Gobierno sea la de volver contra el PP, pasando página y quitando hierro cuanto antes a las intolerables y declaraciones de Chávez. ¿Alguien pretende hacernos creer que el Rey no había trasladado su hartazgo a Zapatero por las diatribas de Chávez contra España antes de que el monarca lo pusiera de manifiesto con su célebre "por qué no te callas"?

No sólo las diatribas de Chávez, sino también las del ex dictador y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, merecerían la más inmediata llamada a consultas de nuestros respectivos embajadores. Pero ¿cabe esperarlo de un Gobierno que no ha hecho lo propio ante declaraciones no menos ofensivas como las que contra nuestra soberanía e integridad nacional se han lanzado desde Marruecos con ocasión de la visita de Don Juan Carlos a Ceuta y Melilla? ¿Cabe esperarlo de un Gobierno que no ha elevado la más mínima protesta ante la Liga Árabe por su respaldo a semejantes apetencias anexionistas del reino alauí sobre nuestro territorio nacional? ¿Cabe esperarlo de un partido que vota en la Federación de Municipios en contra de que se cumpla la Ley de Banderas o que gobierna con secesionistas que consideran a la de España como la "bandera del enemigo"?

Tal vez Aznar no tenga más remedio que agradecérselo. Pero que nadie se engañe. Si Zapatero ha pedido en nombre del ex presidente español "respeto" a Hugo Chávez es porque no quería que esa explosión de dignidad nacional del Rey conectara con la del mayoritario sentir de la ciudadanía, dejándole a él fuera de juego.

En el caso de Hugo Chávez, como en el de Evo Morales, como en el Daniel Ortega, ya no es tanto la provocativa pusilanimidad de Zapatero sino su compadreo y su alineamiento con estos gobierno bananeros lo que está dando alas a ese autoritarismo latinoamericano que pone en peligro tanto la seguridad jurídica de nuestros inversores como la democracia en sus respectivos países.

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