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¿También al Rey?

Gracias a Moratinos, si el Príncipe saluda a Chávez mal, y si no lo hace, también. Papelón que le va a hacer jugar al heredero de la Corona.

Pase que Zapatero haga de las medias verdades, los amagos, las promesas incumplidas forma de hacer política. Pase que en el Partido Socialista tengan por costumbre dejarse engatusar y manipular por su secretario general, que acostumbra a usar a los suyos y después abandonarlos en la cuneta. Pase también que sus aliados parlamentarios sean también usados día sí y día también según las necesidades de La Moncloa. Incluso puede también pasarse por alto que el hecho de que Zapatero se pase la mitad del tiempo pensando como marear a Mariano Rajoy con entrevistas, consensos y demás. Todos ellos han pasado, en un momento u otro, por el mal trago de la política del "como sea" de Zapatero, que acaba dejándoles en la cuneta.

Sin embargo, Zapatero ha dado esta semana una nueva vuelta de rosca a esta forma de hacer política, elevándola al más alto nivel. Desde la Cumbre Iberoamericana, Hugo Chávez no deja de hacer burlas riéndose del jefe de Estado español. Cada día se burla y ataca a Don Juan Carlos, una y otra vez. Ha hecho del ataque al Rey uno de sus temas predilectos. En primer lugar, amenazando de paso a los españoles que viven en Venezuela. Y en segundo lugar repitiendo que Don Juan Carlos acabará humillándose y pidiéndole disculpas. Ante todo ello, la diplomacia española se conforma con decir que Chávez no habla en serio, que no hay ningún problema y que la cosa pasará sola.

Pero acostumbrado al "como sea", a las medias verdades a la política del trilero, toda la ocurrencia del tándem Moratinos-Zapatero consiste en hacerle creer al embajador venezolano que el Rey, a través del Príncipe, pedirá disculpas a Chávez en la toma de posesión de Kirchner el día 10. Envalentonado, al petrotirano le ha faltado tiempo para sacar pecho y esperar impaciente las disculpas reales. Ahora se espera la ceremonia en Argentina como la segunda vuelta de la Cumbre Iberoamericana, con Chávez en el papel de ofendido y el Príncipe como centro de toda la atención, sometido a una presión innecesaria. No está nada mal; el Gobierno involucra ahora a la Corona en el cenagal en el que ha convertido nuestra relación con Venezuela. Y lo hace atando las manos de la Casa Real.

¿Con qué cara se va a presentar ahora el Príncipe de Asturias en Buenos Aires? ¿Va a acercarse "informalmente" a Chávez a sabiendas de que el saludo será interpretado por medio continente americano como una petición de disculpas del Rey a Chávez? ¿Va a esquivar el Príncipe Felipe al petrotirano venezolano frustrando las esperanzas que éste tiene ya de poder disfrutar de su victoria y dándole cuerda por otra temporada? Gracias a Moratinos, si el Príncipe saluda a Chávez mal, y si no lo hace, también. Papelón que le va a hacer jugar al heredero de la Corona.

Meter a políticos amigos, rivales, enemigos y a todo aquel que pase por ahí en los marrones de Zapatero se ha convertido en una costumbre del Gobierno. Ahora bien, esta vez la política del "como sea" ha dado un salto adelante involucrando, ¿también al Rey?

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