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EDITORIAL

La arrogancia de ZP y los fichajes de Rajoy

mientras el PP da muestras de poder ofrecer un equipo de personas e ideas capaces de hacer frente al horizonte de incertidumbre en el que nos encontramos, la arrogante solución que propone Zapatero sigue siendo la de no querer ver el problema.

La segunda entrega de la larga entrevista que el director de El Mundo ha realizado a José Luis Rodríguez Zapatero ha venido a coincidir con la publicación de un editorial del Financial Times, en el que el prestigioso diario británico critica la política económica del gobierno español y asegura que su presidente “podría tener que lamentar sus comentarios porque podrían incluso parecer arrogantes”.
 
Lo cierto es que, en la entrevista de El Mundo, Zapatero ha dado nuevas muestras de esa arrogancia, tanto en su sistemática negativa a admitir las evidentes señales de alarma y los síntomas de deterioro económico en el que coinciden tanto los consumidores como los más diversos analistas nacionales y extranjeros, como en su no menos infundada perspectiva de superar a Francia en renta per capita. Precisamente uno de los reproches que el Financial Times dirige contra Zapatero es el de no haberse embarcado, a diferencia de país galo, en ninguna “reforma estructural” y el “fingir que no son necesarias".
 
De hecho, Zapatero, otrora crítico con la política de déficit cero llevada a cabo por el gobierno del PP, se esconde en el superávit presupuestario para transmitir una imagen de bonanza económica que no tiene en consideración ni el aumento de las hipotecas, ni el alza histórica de la inflación, ni el aumento de paro registrado en el 2007.
 
No menos ajeno a la realidad se encuentra el presidente del gobierno ante uno de los talones de Aquiles de nuestra economía como es el brutal déficit energético de nuestro país. Precisamente este mismo lunes el diario Expansión publicaba un informe técnico que asegura que España debería triplicar su energía nuclear para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico nacional y satisfacer la demanda. Zapatero, sin embargo, pretende embarcarnos a todos en el engaño de creer que la energía renovable puede ser una alternativa. Ni siquiera su supuesto compromiso ecológico con las reducciones de emisiones de CO2 o el ejemplo del gobierno laborista inglés, que acaba de dar luz verde a la construcción de nuevas centrales nucleares, sirven para que Zapatero ponga en cuestión sus prejuicios contra una energía limpia, barata y segura como es la nuclear.
 
Frente a esta idílica distorsión de la realidad económica en la que está instalado el PSOE, el Partido Popular no sólo tiene el aval de una gestión de gobierno de cuyas efectos ha estado beneficiándose pasivamente el actual gobierno, sino que ha hecho pública una batería de propuestas de reforma que adquieren mayor credibilidad con fichajes, como el que se le va a hacer a Manuel Pizarro. De confirmarse la noticia, el PP habría logrado captar a una persona que ya ha dado muestras de su espléndida labor como gestor al frente de una compañía como Endesa y de la que tan necesitada está la clase política de nuestro país, excesivamente profesionalizada.
 
En cualquier caso, mientras el PP da muestras de poder ofrecer un equipo de personas e ideas capaces de hacer frente al horizonte de incertidumbre en el que nos encontramos, la arrogante solución que propone Zapatero sigue siendo la de no querer ver el problema.

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